- Buscamos protecciones que no existen y talismanes que ni siquiera nos salvan del reajuste. Percibimos la necesidad de descargarnos de todo aunque sólo sea para no ir sin la compañía de ellos a la hora de encontrarnos con la muerte.
- ¿Quién habla de una perfecta conjunción del movimiento, el espacio y la luz? ¿Es que no surge de lo impremeditado aunque su elaboración implique observación, análisis, reflexión y técnica?
- En el británico HOUSEAGO hay tanta lucidez como congelación de la razón, hay tanta virtud desalmada como demonio bendito. Y un único estremecimiento en ese universo de tótems que guardan y evocan, perseveran y revocan. Sobre ellos no deja de verterse una claridad que vigila y deroga lo que no tiene relación con su sino.
- Como espectador aplaudo estas realizaciones, estas obras que son pura desnudez de un tránsito antropológico en el que ya no creemos pero sí nos detenemos a ver. Transformaciones duras que forman tantas distancias como tiempos y espacios.
- Es esta noche, entre las sombras
- cuando mejor podemos verte.
- Es esta noche, cuando todos
- participamos de tu muerte;
- cuando se funde tu apariencia,
- tu mar, tus luces, tus relieves;
- cuando eres sólo un gran silencio
- que en las entrañas se nos muere.
(José Hierro).
- En un post anterior que le dediqué al valenciano ROMAGUERA, hice referencia a su versatilidad, a su pluralidad de opciones plásticas, a su polivalencia y a su singular visión global.
- Ahora, sin embargo, en sus nuevas obras hay un marco más concreto pero igual de fecundizado. La articulación cromática, fuertemente acentuada y con ansias de protagonista del hecho pictórico, hace de vehículo de una plástica que patentiza una realidad palpitante, que adquiere la justa metamorfosis de la idiosincrasia que la anima.
- En esa especie de neofovismo expresionista cuya praxis es una mesura muy bien estructurada, organizada sobre la base de unas formas abiertas ramificadas por todos los espacios, el despliegue no tiene intenciones previstas, se construye sin mandato, entregándose unas a otras según unos parámetros que se proyectan a medida que se constituyen.
- Por tanto, este artista tiene una percepción que transmite aquello que en su quehacer siempre es objeto de transformación, lo que, luego, al plasmarlo, nos proporciona el relato de ese imaginario inagotable que remite a experiencias y vivencias insoslayables.
- Para una mayor concreción pueden acudir la blog siguiente:
- http://bi.vega.es/busqueda?titulo=eduardoromaguera
- Es octubre. Anochece. Un banco
- solitario. Desde él te veo
- eternamente joven, mientras
- nosotros nos vamos muriendo.
(José Hierro).
- En nuestros rostros vemos una identidad que lucha por ser ella misma o transformarse. Ambivalencia absoluta o relativa. Sosiego o conflicto, la desnuda voz que entiende o el grito que llama. Para el asturiano DEL VAL, paisano mío y ahora residente en Australia, no hay faz que no esté sujeta a esa metamorfosis.
- Se han pintado y esculpido desde siempre y nunca puede decirse que sea un motivo que esté agotado. Los artistas que tienen el don de percibirlos y liberarlos hacen plásticamente la suma de sus instantes sucesivos y decisivos. No abrevian nada.
- Según estos retratos, la pesadumbre y el dolor que son preguntas o misterios han dejado de estar sellados. Se comparten y nos comparten. No son silencios, son imágenes que con su fuerza y energía cromáticas nos exigen que no colmemos sin ellos los días y las noches que ellos no han vivido. Les debemos el no olvido.
- Por nuestra mirada pasan todos esos destinos, tienen rasgos y tintes que cuentan lo que les ha quedado roto y lo que aún sigue vivo, pero saben que es imposible detener lo que pasa en torno. ¿También nosotros?
- Sé que nada está muerto mientras viva mi
- canto.
- Entre las perezosas nieblas del alba quiero
- sentirme entero, palpitando.
(José Hierro).
- Del color se han hecho paradigmas y su historia va en paralelo a los hábitos y evoluciones de unas sociedades y civilizaciones que lo necesitaban. Con él aprendieron a ver más, mucho más, y además comprendieron, analizaron y reflexionaron.
- El venezolano HERRERA, en sus obras, pondera, exhorta y considera, marca otros factores a tener en cuenta, hace que las líneas emocionales y que los rompecabezas encajen todas las piezas, que cada una de ellas sea referencia de sí misma y de lo que el espectador ve en ella.
- Despliega sus grandes formatos como un juego lúdico en que unas historias de la abstracción conviven y se interrelacionan con otras, después hasta se entremezclan y se hacen más explícitas, más envolventes y dinámicas. Han dejado de tener secretos, sólo el esparcimiento articulado las desarrolla y las impulsa a perseguir nuevas experiencias que hagan impacto en la mirada y a partir de ella puedan ser transgresoras.
- Piso tan solo una palabra
- que me salve. Pido tan solo
- una palabra.
- Y así sé
- que nos vamos quedando solos.
(José Hierro).
- Los colores sombríos son los nuestros, los que ha inventado este país, los que han acompañado nuestra historia con sufrimientos y lamentos sin ceremonias, aunque cuesta mucho deprenderse de los ritos y vaciarse con la verdad a cuestas.
- El madrileño MARTÍN SILVA no es un pintor de corte, no hay que confundirlo, es un artista que evoca las sombras aun cuando el sol esté alumbrando. Y un artista que no necesita modelos sino encajar las piezas, resolver los puntos oscuros del imaginario, calibrar los destellos que al final aparecen en la visión y nos confirman que la pintura, cuando nos toca de cerca, es honda y conturba.
- Introduce lo contemporáneo porque es su salida al mundo, desde la que otea el pasado y deja un margen para el futuro. Evidencias muchas, consistencias todas y referencias las que uno, como espectador, se empeñe en traer a colación, si bien no hace mucha falta, porque su obra habla por sí sola.
- Esta noche he perdido
- la esperanza. Desborda
- mi río sus orillas,
- se pierde entre las sombras.
- ¿Me salvará la vida?
(José Hierro).
- Decía Baudrillard que la imagen primero fue reflejo de la realidad, después se convierte en máscara y perversión de la misma, más tarde en la máscara de su ausencia y acaba no guardando relación con ella, cualquiera que ésta sea, ya que se ha transformado en su propio y puro simulacro.
- Tal conclusión no es siempre válida, porque en el caso del gallego VILAMOURE no hay tal disfraz, sino que se percibe una realidad que tiene la profundidad subterránea de un sueño que rompe sus axiomas contra muros que ya no pueden impedir reflejarnos como seres metamorfoseados (sin estar pervertidos), aunque conserven nuestros mismos genes y pérdidas de candor.
- En esos espacios fríos que buscan al personaje, éste nos intimida, nos invita o le parecemos extraños carentes de la sensibilidad necesaria para participar de su mundo. Como espectadores nos parecen unos dobles que nos miran como lo que somos y por tanto nos dan la mínima importancia de lo que no sabemos ver ni sentir, pues el pathos se ha aposentado en ellos y no en nosotros.
- Y girar sin fin en el alba
- con la oscura palabra dentro,
- con el cantar a flor de vida
- ignorando el remoto término.
(José Hierro).
- ¿Cuál es el sentido de estas tiras pegadas, colgadas, arrastradas, envolventes, horizontales o verticales? Podemos guiarnos por dimensiones conceptuales o simplemente verlas como esculturas o incluso instalaciones que encienden la mirada de sugerencias.
- Podemos verlas desde fuera y recabar su misterio aunque se resista a manifestarlo, o imaginarnos desde dentro como si fuese un túmulo, el nuestro que nos aísla y nos deja entre unas rejas frágiles pero indestructibles.
- Desde luego, son soluciones formales que comportan hallazgos que ponen en aprietos la mirada, que trata de vislumbrar lo que tienen de parangón con el entorno, con su situación, o con las mentiras que no tienen preguntas.
- Pero se han ido haciendo
- las palabras difíciles.
- (Oh, había tantas cosas
- que decir, tantos límites
- que precisar, tan dura
- ciencia que dar, tan firma
- voluntad de cantar
- para luego morirse....)
(José Hierro).