- En un post anterior que le dediqué al valenciano ROMAGUERA, hice referencia a su versatilidad, a su pluralidad de opciones plásticas, a su polivalencia y a su singular visión global.
- Ahora, sin embargo, en sus nuevas obras hay un marco más concreto pero igual de fecundizado. La articulación cromática, fuertemente acentuada y con ansias de protagonista del hecho pictórico, hace de vehículo de una plástica que patentiza una realidad palpitante, que adquiere la justa metamorfosis de la idiosincrasia que la anima.
- En esa especie de neofovismo expresionista cuya praxis es una mesura muy bien estructurada, organizada sobre la base de unas formas abiertas ramificadas por todos los espacios, el despliegue no tiene intenciones previstas, se construye sin mandato, entregándose unas a otras según unos parámetros que se proyectan a medida que se constituyen.
- Por tanto, este artista tiene una percepción que transmite aquello que en su quehacer siempre es objeto de transformación, lo que, luego, al plasmarlo, nos proporciona el relato de ese imaginario inagotable que remite a experiencias y vivencias insoslayables.
- Para una mayor concreción pueden acudir la blog siguiente:
- http://bi.vega.es/busqueda?titulo=eduardoromaguera
- Es octubre. Anochece. Un banco
- solitario. Desde él te veo
- eternamente joven, mientras
- nosotros nos vamos muriendo.
(José Hierro).
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