- En nuestros rostros vemos una identidad que lucha por ser ella misma o transformarse. Ambivalencia absoluta o relativa. Sosiego o conflicto, la desnuda voz que entiende o el grito que llama. Para el asturiano DEL VAL, paisano mío y ahora residente en Australia, no hay faz que no esté sujeta a esa metamorfosis.
- Se han pintado y esculpido desde siempre y nunca puede decirse que sea un motivo que esté agotado. Los artistas que tienen el don de percibirlos y liberarlos hacen plásticamente la suma de sus instantes sucesivos y decisivos. No abrevian nada.
- Según estos retratos, la pesadumbre y el dolor que son preguntas o misterios han dejado de estar sellados. Se comparten y nos comparten. No son silencios, son imágenes que con su fuerza y energía cromáticas nos exigen que no colmemos sin ellos los días y las noches que ellos no han vivido. Les debemos el no olvido.
- Por nuestra mirada pasan todos esos destinos, tienen rasgos y tintes que cuentan lo que les ha quedado roto y lo que aún sigue vivo, pero saben que es imposible detener lo que pasa en torno. ¿También nosotros?
- Sé que nada está muerto mientras viva mi
- canto.
- Entre las perezosas nieblas del alba quiero
- sentirme entero, palpitando.
(José Hierro).
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