- Cuando se habla de la creciente intelectualización, desestetización o desmaterialización de la obra de arte, aparece el cubano ESTÉVEZ y lo estropea todo, aunque sus personajes, alegoría robótica de una reflexión de corte futurista, están ensismimados por este debate.
- Pero el telón que se alza no genera ni incomprensión ni distanciamiento, al contrario capta y gravita sobre unas realidades que se mueven entre elementos articulados, artificiales, para pensar dentro de unas superficies que muestran la razón de su aparición en el momento en que ellas tienen ante nosotros, más retrasados en la evolución, la defensa indiscutible de su argumento.
- Verificar que su coreografía avanzada contiene su basamento plástico sin estar referenciado no sería un factor concluyente, sino que habría que deducir -encarnizada aspiración la nuestra- las múltiples significaciones de un juego de inteligencias, que ponen a prueba nuestra capacidad de mirar y analizar un desarrollo cerebral de ideas que tiene en la pintura su culminación e identidad.
- Estamos, pues, ante un trabajo que no nos da opciones que no sean lo visual y lo que se perpetra a través de su concepción configurada como apertura progresiva hacia un ser extendido y desplegado.
- La mañana suda una palabra,
- apesadumbrada desaparece,
- correteando dobla la esquina.