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9 de enero de 2010

JAVIER CLAVO (1918-1994) / TOLEDO

Toledo ha sido centro de la atención de la pintura, española especialmente, desde antaño, desde cuando la sacralizó El Greco como un enclave estético y religioso configurador de un espacio en el que convergen todas las percepciones visuales, históricas y culturales, además de un refugio donde saciar el sentido de aventura, meditación y recogimiento.
Por eso, no es extraño que el pintor español Javier Clavo haya tomado esa perspectiva aérea para trazar su biografía pictórica desde la dimensión que él ha decidido para definirla y expresarla más allá de sus postulados físicos. En esta ciudad ha querido depositar la luz que profiere, describe, sitúa, amalgama y vive, que condensa y exalta, que se expande y tapiza, que vierte y derrama una lírica visual que duplica el valor de nuestra mirada.

  • Toledo, en manos de artistas como éste, siempre nos descubre algo más a pesar de los siglos transcurridos sin moverse ni inmutarse, con sólo estar ahí quieta rememorando acontecimientos y vidas, piedras y templos, reliquias e historias, sin esperar nada más que nunca llegue el tiempo de la desesperación, cuando ya servirá únicamente para símbolo plástico de rastros, ruinas y despojos.

  • Mi amigo Humberto y yo nos asomamos desde nuestra esquina del Malecón para avizorar en el horizonte destellos toledanos o señales de mensajes de nuestro amigo Alfonso García que estaba excavando a la búsqueda de vestigios visigodos. Enarbolamos una botella de ron pero no hubo manera de comunicarnos con él pues se había deslumbrado ante el hallazgo del esqueleto de una virgen.




8 de enero de 2010

MANUEL L.VILLASEÑOR (1924-1996) / LO PATÉTICO

  • El recuerdo de la atmósfera fría, turbia, gris y cruel de la España de la posguerra, con todo cerrado y confinado, tal como estos escenarios que el artista español Villaseñor ha enjaulado en estos cuadros.
    • El patetismo emponzoña esos cuerpos desnudos o capaces de sostenerse en el aire gracias a su momificación (flota para no contaminarse de esa suciedad que impide la purificación), esos recintos húmedos, sombríos, carcomidos por el abandono y el paso del tiempo. Cárceles, habitaciones, pasillos degradados por un cromatismo ajustado en su manifestación más envilecida y al mismo tiempo tan diáfana como perturbadora.


      • Es una dimensión estética que nunca nos ha de faltar porque coloca ante la mirada, esté condicionada o no, parte de una historia y de un destino que son nuestros, que no podemos ignorar y que desvisten lo que siempre procuramos cubrir sin poder conseguirlo.

      • Por consiguiente, la fuerza conmovedora de esas imágenes, la interacción con nuestra retina y nuestra mente -Goethe decía "toca con ojos videntes, mira con la táctil mano"- obliga a asumirlas, a trasvasarlas a nuestra carne como si fuesen momentos de luz inasequibles.

      • El Malecón ha iniciado el año con perversos impulsos pues ha ordenado, en imitación al bucanero Henry Morgan, colgar a sus disidentes de los pulgares, prenderles fósforos entre los dedos y quemarles los rostros con hojas untadas en aceite. Mi amigo Humberto y yo, borrachos de ron, escapamos a gatas.



7 de enero de 2010

MARLENE DUMAS (1953) / TRAGEDIA O DRAMA

  • Blanco de palidez cadavérica, negro de vértigo mortal, rojo de sangre que espesa, azul ciego, carmín desvaído, tonalidades todas en rostros que inician andudaras finales, así expresadas por la artista sudafricana Marlene Dumas.
    • Estos fragmentos humanos condensan el dolor, el drama, la tragedia, con su significación más universal -¿es que nuestra civilización está más marcada que nunca por la visualización de lo luctuoso, de lo necrológico?-, y están ya vencidos, acabados, sólo les queda un hálito de vida para enfrentarse a la ansiedad y agobio del espectador antes del fin.

      • Modelando esos primeros planos con la fuerza instintiva del conocimiento de lo mortal, la autora no deja otro mensaje que la propia esperanza de lo que está a punto de abandonar, irse para siempre, el término de una existencia y una historia incardinadas en semblanzas en las que el color es la imperturbable forma poética de desvelar la verdad.


        • Para felicitarnos el año nuevo se acercan los sicarios del Malecón apodados El Impotente, La Perdiz, El Cojo y El Mulo. Pero también nos dicen que tengamos cuidado porque los de la Inquisición y las monjas del muro han resuelto que tenemos, mi amigo Humberto y yo, el diablo en el cuerpo y cucarachas en la cabeza. Pues nosotros no hemos notado nada, les contestamos. Y se fueron.




5 de enero de 2010

ALFONSO FRAILE (1930-1988) / ¿CÓMO ES QUE SOMOS TANTOS ?

  • Oí hablar del homocentrismo pero no sé a quién. Y su recuperación y reivindicación por la Nueva Figuración, es decir, en el sentido de la defensa de la humano, sigue planteando, en los términos de su íntima disección ocular, innovadoras incógnitas, malformaciones orgánicas impenitentes, una infiltración insaciable de la memoria estética, más rumbos no señalados, incertidumbres impropias y expósitas, inclusive un sentimiento trágico de que lo perecedero no se transmuta ni se metamorfosea.
    • Sin embargo, lo significante es que la imprecisión haya golpeado a estos nuevos seres que aunque sean muy fotogénicos son incapaces de parecerse a nosotros, aun cuando su mirada sea de menosprecio porque han llegado a lo que son: una culminación cuya raíz se había fraguado en nuestro seno a pesar suyo.

      • El artista español Alfonso Fraile es un confabulador y tejedor de criaturas informes que al no requerir de la forma tópica nos muestran que hay una belleza que se envanece de no latir, que sólo nos emociona y se conmueve si no parece lo que debería ser, si no "es" como el arquetipo, si carece de matriz, y si el modelo no tiene ni función ni factura.


        • Por lo tanto, sepamos iniciar una comunicación visual con ellos con el fin de que nos digan si opinan que su física prevalece sobre la nuestra o si se trata de su impronta química o biológica. Desde luego, lo que sí parece es que nos han ganado en su conformación plástica.



          • Amigo Humberto, desearía tener el poder diabólico del ron en las entrañas para cuando se beba, El Malecón no cuente almas, sólo vea diablos.





4 de enero de 2010

ROBERT GOBER (1954) / NO DAR NADA POR SENTADO

  • La producción del artista americano Gober es un terreno abonado para sugerir mil hipótesis y todavía quedar con mil dudas. Él manifiesta que procura siempre invitar a la gente a no concentrarse (por lo menos no al principio) en identificar un significado o un tema en la obra, sino en comprender de qué trata concretamente, cuál es su composición física y cómo está realizada. Muy a menudo pueden encontrarse metáforas en los elementos mismos.
    • Que ésa sea la intención del autor no implica que el espectador saque una conclusión contraria, pues si toda esta escenografía es extraña y misteriosa, lo subyacente en la misma y en la concepción de su estética es que el concepto rebasa hasta lo que está oculto en su propio interior.

      • Desde luego, se propician ámbitos plásticos que se conciben con el fin de visualizar lo que nunca hay que dar por sentado y que desembocan en derroteros en los que la realidad es vencida por intentar acceder a lo inverosímil y descender, en la reflexión añadida, hasta lo intrínseco de un lenguaje que nace de lo verosímil, sin que ello nos incite a desprendernos de recelos, sospechas y temores. Por consiguiente, si vamos en busca de la visión de incertidumbres, aquí las tenemos de sobra, aunque no esperemos respuestas a preguntas que no las aguardan ni las desean.

      • Amigo Humberto, la suerte está echada. En dos mil diez abriremos las tumbas que hemos excavado y resucitaremos a los muertos que hemos enterrado. Ellos nos dirán cómo salvarnos de la eternidad a que nos condenará El Malecón una vez recibida la extremaunción.



2 de enero de 2010

JUAN VILA CASAS (1920-2007) / PLANIMETRÍAS

  • José Luis Fernández del Amo señalaba que el artista abstracto siempre opera con las estructuras que son el soporte de sensaciones y adivinaciones transmitidas por vía estrictamente plástica.
    • Alberto Sartoris agregaba que el arte debe poseer mucho relieve externo e infinitas emergencias internas, y Antonio Saura insistía en que el artista es libre de elegir y aún de mezclar los elementos heterogéneos que más le convengan.

      • Las planimetrías del artista catalán Vila Casas son formaciones texturales y orgánicas otorgadas en recompensa de un trabajo de exploración que, emboscado o no, se percató e intuyó que el origen de una emergencia y su solución estaban depositadas en la misma capa telúrica, de la que sólo había que rescatarlas para la constitución de una superficie plástica que contuviese los planos de una dimensión hasta ahora ignorada.

      • Y así fue y quedó conformado con el fin de que la libertad de nuestra mirada siguiese el ritmo y la cadencia de estos imborrables croquis.

      • El sol llora sobre El Malecón en este amanecer frío y lleno de formas espeluznantes. Mi amigo Humberto y yo ponemos un saco para recoger esas lágrimas que después se convertirán en sangre con la que pintar el ocaso.



31 de diciembre de 2009

PETER DOIG (1959) / ESPECTROS

  • La dimensión de los espectros fragua con el convencimiento de que su naturaleza plástica los hace físicamente puros aunque solitarios.
    • Es más, se significan porque son ambivalentes, no imitan pero sí suscitan y se mantienen estáticos mientras con nuestras miradas intuimos la fuerza inconmovible de su esencia.

      • Este artista escocés, viajero desde lo gélido hasta lo cálido, hace visible la propia fuente de su imaginación con la perspectiva de la condición peregrina que le rodea. No se permite trucos ni artificios, la tonalidad es el vehículo que transporta espíritus en un proceso que sin ser una pesadilla es el caudal de acercamientos y confluencias.


        • Si tenemos que deambular con ellos cuando nos hayan alcanzado, hagámoslo con los ojos retenidos por la luz que exhalan a través del pensamiento.

        • Hoy es día de fin de año, amigo Humberto, y todavía estamos aquí varados, en esta esquina del Malecón que ya está cubierta de nuestras propias escamas que ni siquiera sirven para revestir de añoranzas una tela.




UMBRALES INCIERTOS