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28 de octubre de 2009

ROBERT MORRIS (1931)

¿Es verdad que lo importante, lo esencial son las ausencias?, ¿Se percibe y ve mejor el arte cuando son componentes y formas desnudas que no tienen más legitimidad y retórica que su propia materia prima geometrizada?, ¿Con esa economía de recursos se adquiere un fundamental grado de emotividad, comprensión y vivencia?
  • Robert Morris, en Notas sobre Escultura, escribió:"La simplicidad de la forma no necesariamente equivale a simplicidad de la experiencia. Las formas unitarias no reducen las relaciones, las ordenan".

  • Yo observo y hago esfuerzos por completar y racionalizar el sentido de una austeridad que sigue impertérrita a pesar de todo, pidiéndome un breviario que cuente milagros en virtud de los cuales esos objetos leviten o por lo menos nos consagren. Mi propia estupidez no lo hace posible y mi ceguera sólo advierte mínimos que rezan vacíos.
  • Mi amigo Humberto estima en cubos la distancia que separa su taller del Malecón, y después de contarlos, me dice que la faltan tres para rematar su última obra. Mejor te iría, le respondí, si los intercambiabas por esas tres mestizas virtuosas que ahí al lado aguardaban al hechicero que las hará desaparecer para siempre. No aguantan tanta oratoria al peso. Tú les dices que lo tuyo es elocuencia y además por nada.



27 de octubre de 2009

SALVADOR VICTORIA (1928-1994)

  • El artista español Salvador Victoria es de momentos inspirados e irrepetibles en su trabajo, con el que te introduce en un simulacro de ingravidez en el contexto de una lírica transmisora de vivencias que emergen livianas, descargadas de una conciencia que ha luchado con los límites y los ha desbordado.
  • Las suaves tonalidades son el vínculo entre los valores cromáticos azulados y un crecimiento volumétrico, tal que si fuese un embrión con una promesa de vida en su interior, la de una realidad plástica con derecho a existir en un mundo abierto para ella, para que su desarrollo no esté coartado por ninguna involución ajena al devenir estético.
  • Salvador ha configurado una obra que reconstruye, desde unos parámetros de ortografía puramente abstracta, una épica cromática que se inscribe en la mirada del espectador como un hálito necesario.
  • No he podido incluir ninguna reproducción de sus obras porque sus herederos se acogen a los derechos de autor para impedir su difusión si no hay una compensación económica de por medio. Como éste es un blog sin ánimo de lucro y sin presupuestos, nos hemos visto imposibilitados de acceder a sus pretensiones. Lamentamos, eso sí, que la codicia juegue este penoso papel en el conocimiento de una obra que en cierto modo ya debería pertenecernos a todos. Y me excuso de antemano si con esta aseveración estoy infligiendo un posible agravio a aquellos lectores que no comparten este enfoque.
  • A cambio, he incluido la reproducción de dos obras, una del artista catalán Augusto Puig y otra del mejicano Rufino Tamayo. Que las disfruten.




26 de octubre de 2009

RICO LEBRUN (1900-1964)

Este pintor, escultor y muralista italiano nacido en Estados Unidos, Rico Lebrun, contiene y depura el gesto plástico, realza la esencia de una corporeidad morfológica cuya arquitectura se muestra anclada en la claridad de las sombras, de las pesadillas y de la muerte.
Es un desgarro que se adentra en la mirada del espectador para que esa visión se desborde en la fagocitación extrema, dolorosa, de unos organismos expuestos a su propia impotencia.

La consistencia de la realidad pictórica y vivencial se ha consolidado al enmarcar la tonalidad cromática en la oscuridad matizada que alumbra unos destellos moribundos. Obra, por lo tanto, que se ha fraguado en las experiencias vividas y presenciadas en tantos y tantos años.


Le digo a mi amigo Humberto que según San Agustín, el gran pecado es el de adorar a la criatura en lugar del creador. Seguramente, le respondo, el honorable beato todavía no había probado el ron.



25 de octubre de 2009

GONZALO DUPORT

Hoy me ha enviado una amistosa misiva el artista argentino Gonzalo Duport y siendo un domingo en el que te has levantado con el ánimo infectado por la apatía y el desánimo, te vuelves a encontrar con su obra y te conmueve cómo el pintor ha clavado sus manos en ella, buscando la única forma de objetivarse y encontrarse a sí mismo. Pero también hace que converja en nosotros, nos ubique y emplace en esa contemplación.
Sin embargo, no trata de conectarse con nuestra intimidad a través de la suya ni incitar al surgimiento de alusiones que rememoren, sino de imponer la integridad expresiva de su trabajo, asimilarlo y comprenderlo desde su propia vivencia, enlazando esencia y plasticidad desde el conducto de su pensamiento.

Así llegamos a su propio mundo, con su fatalismo, con sus limitaciones y obsesiones, en el que lucha con la gran dificultad de reconocerse dentro de ellas -de ahí sus innumerables retratos y autorretratos- para que esos relieves corpóreos, esos rasgos cromáticos conformen una pintura irreductible en que el ser sea esa exteriorización que como espectadores necesitamos y requerimos.


Desde luego, hablo desde una intuición de la que está por encima de todo la visión y sobre ella, más allá de ella y con ella está la experiencia intransferible de un fenómeno que es pura y esencial visibilidad. Y en este caso la fascinación de la emoción que nos depara se convierte en el instrumento que propone para conocer el sentimiento que genera.



23 de octubre de 2009

PABLO GARGALLO (1881-1934)

  • Más que profeta, ídolo que careció de carne por estar privado de humanidad, por ser una semidivinidad mediática, agorera, dogmática, anunciadora de funestos augurios y presagios.
    El artista español Pablo Gargallo le erige como un icono irascible poseído de un poder terrible y omnímodo, forjado con el implacable hierro que infunde fuerza, avasalla, que inflige el dolor de lo que arrolla y revienta.
  • Sin embargo, se introducen esas oquedades que conforman la efigie con el fin de adulterar la estructura intrínseca primigenia, como si se tratase de mutilar una naturaleza que se consideraba inviolable. Y sobre esos vacíos fluye la deconstrucción de esa víscera iluminada, su fragilidad y engaño, y la certeza de un supuesto apocalipsis que no tiene en él al elegido sino al prodigio izado en su lugar por un escultor que pieza por pieza le fue arrancando la pletórica plasticidad de lo que ya es sólo eso, un vaticinio que alumbra lo estético.

  • El Malecón nos hace llegar a mi amigo Humberto y a mí un enviado con el mensaje de que somos rehenes llamados a servir de guardianes del orden transformador. ¿Tanto honor para no seguir pensando? ¿Y cómo se pinta esa ineptitud forzada? Pegando botellas de ron a la tela, le respondo.

22 de octubre de 2009

CARLA PERIA (1979)

  • Toparse con Carla Peria, esta joven artista argentina, que dice ser adepta a la obra de De Kooning, Bacon y Saura, es dejar que el tiempo fagocite en la misma masa carnal un presente inmediato en tu ámbito existencial y biográfico. Es una obra que dilucida y legitima que el mejor objeto plástico es aquél en que la piel, los músculos y la sangre se ciernen sobre tu mirada en un pavoroso ser en sí y para sí.
    • La interrelación del flujo cromático, su ordenación en un espacio que los aprisiona, su impregnación orográfica transparente por debajo de la epidermis, somatiza unos cuerpos que en su metafórica negrura y fealdad encuentran el contacto de un destino que nunca podrá culminarse ya que son la antítesis de aquellos colosos que eran los jeroglíficos del poder.

      • Es una pintura en la que la plasticidad del sufrimiento no tiene necesidad de desvelar ni revelar, al contrario, somete a la vivencia del espectador a rubricar con los ojos la verdad intrínseca y orgánica que está grabada en la desintegración de unas figuras que son incapaces de hacer frente a su propia restauración. Ya han sido vencidos aunque no lo crean, y si tu visión desea engañarse es porque no puede creer en una realidad tan honda y cercana, tanto como el bar de la esquina.


      • Piera, en definitiva, ha dado un paso más en desentrañar la humanidad y el dolor contenidos en lo pictórico, ahora le queda continuar esa ruptura de velos que nos sigan permitiendo ver y emocionarnos.

      • Le digo a mi amigo Humberto que esta ruta diaria hacia el Malecón es un vacío por el que en ocasiones llegamos a tantear la angustia de un infinito que en esta isla está cerrado y lacrado. Ni su sombra me dio respuesta alguna.






21 de octubre de 2009

ALBERTO SÁNCHEZ (1895-1962)

Hay que redescubrir lo que la tierra guarda para que el artista le dé forma y con ello haga realidad su presencia, presencia como sinónimo de fertilidad que crece hasta ser un monolito que el hombre abraza como símbolo de libertad.
Alberto Sánchez, el artista español fundador de la escuela de Vallecas, presintió, cuando amasaba la masa de levadura, que el núcleo de la tierra yerma e inhóspita sobre la que pisaba, era el sustrato del arranque de una raíz que debía elevarse hasta alcanzar una estrella.

  • Y quiso mostrar una humanidad hecha de esas raíces, para lo cual materializó unas efigies que serían sus alegatos de lo que se ha constituido en aras de una vida que quedará siempre en nuestra memoria.

  • Era un escultor de la tierra que la erigió en la protagonista que deseaba para la consecución de nuestra liberación si sabíamos acariciarla y darle la voz que siempre ha necesitado.

  • Mi amigo Humberto ahora viaja con su sombra, no se despega de ella, incluso la lleva de noche a orear por el Malecón. A mí me quiere presentar otra para que no esté desamparado, pero la he rechazado. Yo prefiero luces que sean ciegas y sordas.




UMBRALES INCIERTOS