Después de haber entrado en vivo en la exposición de Francis Bacon en el Prado, uno queda desvestido de sueños, casi muerto y con la mirada ciega. Ya no es posible más que levantarnos sin vernos, cercados por una oscuridad de nazarenos, y aunque acercábamos nuestros rostros cubiertos nos era imposible reconocernos.
- René Magritte, el gran artista surrealista belga, postuló una obra de hallazgos visuales ilimitados pero siempre teniendo a lo terriblemente humano como lo posible en una realidad sociotemporal imposible.
- Su modernidad nos llega hasta hoy porque su autenticidad nunca ha sido puesta en duda y también es indudable que su escenografía plástica multiplicó microcosmos construidos en un perfecto ensamblaje de imágenes, espacios y tiempos.
- Nos deja ver su hermetismo con la ironía de quien conoce el secreto vacío, ése que guarda una melancolía pura a la que presta un derroche óptico para evitar su extravío.
- Nos visita Albert Camus en el malecón a mi amigo y pintor Humberto Viñas y a mí, y nos explica que no basta con vivir, nos hace falta un destino. Nosotros le respondemos que el nuestro ya es historia pasada, por eso estamos aquí esperando la muerte que acaricia entre ola y ola una tristeza que ya no nos abandona.