En todos los dominios la actividad del hombre, y en este caso del artista, culmina en formas, es decir, en creaciones orgánicas y acabadas.
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Pero sin las capas y los revestimientos cromáticos el artista sabe que el resultado espiritual no alcanza la significación que le es propia, y, entonces, la obra de arte queda al albur de respuestas que no se encuentran.

Sin embargo, el dominicano CAMINERO tiene el don de saber acometer, entrar, definir, catalizar y simbolizar las imágenes, con toda su hondura colorista, de nuestros ritos y de nuestros signos.
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Duerme, ya tienes en tus manos
el azul de la noche inmensa.
(José Hierro)
Para el italiano MORENI la libertad pictórica y plástica es adherirse y encontrarse en las situaciones que le permiten la mayor libertad de elección.

Y a fe que lo ha conseguido al culminar una obra en la que las formas y el color lo han significado todo, lo han depurado y visibilizado hasta que el gesto sea el signo.

Son turbulencias que se agitan en el frente existencial que conlleva una práctica cuyo destino revela la condenación de un cosmos que está ya marchito.

El cuerpo se deshace en llanto,
en ancha tumba el mundo se convierte,
y en ella, consumido de anhelos y temores,
se posa el corazón como ceniza.
(José Hierro)
En el silencio de la plenitud no hay nada accesorio ni espurio.
A propósito de la obra del asturiano PASTOR, decía Focillon que la materia de un artre no es un elemento perenne para siempre: desde sus orígenes va transformándose e innovándose, puesto que el arte, igual que una operación química, elabora y continúa metamorfoseándose.

En base a estos presupuestos son los ha trabajado y puesto de manifiesto el artista, sabiendo que en su creación la materia es diferente y entraña la posibilidad de un modo representativo igualmente diferente.

Sus piezas son una metafísica captación telúrica que con un fuerte cromatismo lleva a la visión que hay detrás de ella a un sistema de significaciones variables.

Amanece. Descalzo he salido a pisar los caminos,
a sentir en la carne desnuda la escarcha.
(José Hierro)
Al asturiano DARÍO VELÁZQUEZ no le repugnaba lo dionisíaco porque revelaba su verdad pictórica, le daba el pathos que necesitaba.

Su obra es el sueño onírico de un ocaso, de una humanidad que no puede estar sin encerrarse en sí misma para hacer de lo peor lo mejor.

Su dibujo y su consistencia cromática nos descubre a un artista que extiende su mirada y su práctica sobre lo que le resultaba iresistible al crearlo y connmoverlo.

La ironía es siempre una voz rebelde que aspira a hacer escuchar su mensaje con la rotundidad de un imperativo.
Desde los fondos sombríos se abre paso un horizonte iluminador.
Sabrá así que tienen un alma
cuando le duela en el alma
la vida que ya no es suya.
(José Hierro)