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29 de julio de 2008

BRONZINO


Siempre me pareció fascinante esta pintura del artista italiano Bronzino, "Venus y el amor", de la que brota una sensualidad acabada de despertar, simbolizada en una desnudez que contiene toda una declaración de intenciones y de deseos.


Tiempos del Renacimiento en que el hombre volvía paulatinamente a ser dueño y señor de sí mismo y sobre todo de aquellos placeres de la belleza y del cuerpo que él disfrutaba casi como un credo.


Y el artista era ese mediador que con su destreza y genio hacía realidad visible tales súplicas, recompensando así a todos los amantes del arte de sus trabajos dedicados a una devoción religiosa que quería monopolizar todo asomo de creatividad.


Y lo conseguían a través de la recreación clásica de mitologías y alegorías, que entonces, en la época de su nacimiento, formaban parte de una humanidad todavía no rota por un monoteísmo devastador de voluntades.


Hoy, casi no he podido reconocer a Manga Saya en el malecón, la vieja negra cimarrona del central Orozco. Está muerta aunque la presiento viva a mi lado. Era muy hermosa. Siendo joven, se escapó y se escondió en un palenque de la Sierra del Cuzco, en donde, junto a otro mayombero, Juan Gangá, se dedicó a curar a los que habían perdido la razón, valiéndose de las propiedades de la ceiba y de los efectos de la luna y el sol.


A mí me susurró que no me hacía falta más que la sombra de un ciprés y la leche de una ondina mulata que ya no fuese virgen, pero que guardase aún el furor de la pasión en el cofre del delirio. Y seguí renqueante mi camino, llegaba tarde a mi cita con los habitantes de la penumbra.

28 de julio de 2008

KUPKA


Frantisek Kupka llegó a París desde la entonces Checoslovaquia inmerso en visiones en las que la abstracción exigía ser ella misma a partir de un núcleo que la regenerase de toda impureza.


Ese volcán toma forma y consistencia, expulsa radiaciones de color que se van expandiendo en movimientos circulares y dinámicos, ingrávidos y etéreos, en hileras de humo y fuego que se nos acercan.


Recrea un clima que parece que nos va a succionar e introducir en un ámbito de energía cósmica, en el que podemos dejar que nuestra mirada flote y se diluya en estratos de luz inagotable.


Kupka fue un precursor injustamente olvidado al que un día habría que hacer justicia, si es que este concepto cabe en unas latitudes de epidermis tan voluble e ingrata.


Sigo siendo un vagabundo solitario en este infiel malecón que hoy me cuenta una fábula y mañana me abruma con su desidia.


Y de tan solitario me he hecho invisible, pues ni las nereidas mestizas me incitan con su desaire ni las sirenas pardas me dedican su canto. Menos mal que el ron alivia la penumbra de un insomnio que nunca cesa.


24 de julio de 2008

ART BRUT


Jean Dubuffet, al acuñar el término "Art Brut", no pensaba en la institucionalización de una nueva teoría con la que dar a luz una manifestación artística que había germinado en ámbitos ajenos a los habituales. Únicamente reflexionaba en que el desvalimiento, abandono y desamparo tenían necesidad de expresarse, de dar vida plástica a la verdad de un universo huérfano.


Por eso, al producirse su irrupción, el desconcierto fue brutal, tan es así que todavía sigue dando lugar a ilimitadas dudas.


Dubuffet, a través de esta obra, nos obliga a posar nuestra reticente mirada en la verdad que se revela tras lo grotesco o irrisorio: una humanidad arrinconada en cuartos oscuros, en subterráneos invisibles, en guetos sepultados, y que, a pesar de todo ese abatimiento, trata de proclamar su propia existencia mediante una estética que le confiera un espacio donde crear.


Estoy encerrado en el taller en sombras de Humberto tal si fuese la caverna de Platón. Intento inútilmente escuchar los ecos de un malecón en plena fiesta dionisíaca, y procuro ver más allá los que fueron cayendo en el infierno del dolor. Pero el silencio y la ceguera no me abandonan, me han adoptado para que no me pierda en los laberintos habaneros de lo inconfesable.

23 de julio de 2008

PRIMER AUTORRETRATO


Como Acteón no había recibido sepultura, su espectro se entregó a la comisión de iniquidades entre la población. Consultado el oráculo de Delfos, éste ordenó que se le erigiera una efigie y se la colocara sobre la misma piedra sobre la que se manifestaba el aparecido. Una vez inmovilizada la estatua en ese lugar dejó de perseguir a los humanos.


Conocido este augurio, Víctor Argüelles, artista mejicano autor de esta obra, "Pespunte del primer autorretrato", hecha en acrílico y costura sobre papel, se conjura a sí mismo para no seguir siendo su propia pesadilla aunque la ha padecido tanto que sería incapaz de pintar sin ella.


Al crear su propio espectro, deja que sea su dimensión plástica la que entenebrezca su pensamiento, que ha hecho de la costura y del medio tronco los lazos que miden las facciones de su propio destino.


Sugerente trabajo que compagina tinieblas incandescentes con un esbozo de geometría fosilizada, esta última amenazando a un rostro que grita cuando ya no le queda aliento.


A este maldito malecón ya no le quedan vaticinios ni profecías que ofrecer, sólo sabe decir mentiras con apariencia de verdades. Por un lado, la Noche, el Silencio, el Olvido; por el otro, la Luz, la Alabanza, la Memoria (Marcel Detienne).


Me retiro en soledad a la penumbra para que mis huesos no adviertan, después de tanto ron, que son rocas enterradas bajo el silencio.

22 de julio de 2008

VAGÓN DE TERCERA CLASE


Miles de trenes están en constante movimiento por todo el mundo. Ellos mismos son portadores de mensajes a través de los millones de vidas que transportan, pero también son los vehículos que en cada viajero depositan un poso de incertidumbre, de tristeza por lo que se deja, de melancolía por lo que se pierde o de alegría por lo que se reencuentra.


Honoré Daumier, artista francés pionero del expresionismo, en esta obra, "Vagón de tercera clase", ha concentrado en el patetismo de esos personajes la pobreza y la sumisión a un destino cuyo fatal desenlace está decretado. Y que ha sido el mismo que tuvo la vida del pintor, asediado en sus últimos años por el abandono, la pobreza y la ceguera.


La atmósfera que irradia desde una oscuridad sin salida ilumina lateralmente la fatalidad de unos viajeros que denotan la carencia de una convicción de plenitud que, con el fluir del tiempo, se escapa de los hombres.


Memoria, diosa titania madre de las Musas y hermana de Cronos y Océano, ha olvidado a un malecón que arrastra una abulia de siglos y una desidia de centurias. Sobrevivir en la diáspora nocturna no es un itinerario que facilite el encuentro de dioses y hombres. Al faltar los espejos ya no nos podemos ver reflejados en aquellos.


Sin mi amigo Humberto soy incapaz de estilizar este mar antillano y de pintar su mente, ni siquiera el leve rastro de una gota de sal abrasando mi piel. Espero su vuelta en su taller con una pareja que habita el acero.

21 de julio de 2008

EL TRIUNFO DE LA MUERTE

  • En esta obra de Valdés Leal, "El triunfo de la muerte", la osamenta, ese desnudo integral del que nadie disfruta, rodeada de innumerables objetos eclesiásticos y suntuosos, símbolos de la vanidad de la existencia, es un signo religioso e ideológico que a través de una representación sombría, entre lo fantástico y lo real, suscita temor, subyugación, rezo, recogimiento y virtud. Juega con el umbral de un futuro al cielo, purgatorio e infierno.



  • Por el contrario, este cadáver, producto de la técnica de la "plastinación" practicada por Gunther von Hagens, da lugar, al mirarlo, a un cúmulo de sensaciones desprovistas de cualquier idea de trascendencia. Ya estamos ante otros hábitos visuales y sus correspondientes significados.
  • Dos épocas y dos contextos históricos, sociales y artísticos muy diferentes, pero son dos ejemplos de proyección a una cultura de masas, que en el primer caso se dirige a un espectador que es ignorante y está aterrorizado, aunque se le exige total reverencia. Mientras que en el segundo, el efectismo, la morbosidad y la sorpresa se alían para configurar los elementos propios de un lenguaje afín a su tiempo.
  • Dos visiones, dos escenarios que se complementan y formulan dos síntesis y dos sintaxis, en las que la tecnología y la ciencia señalan un antes y un después.
  • Hoy, el malecón, en lugar de desnudarse al llegar la noche, se ha vestido y acicalado. No quiere que sus habitantes lo encuentren melancólico y desdeñoso, pues tiene que atraerlos para devorarlos, sobre todo cuando son vírgenes y les queda mucho por gozar. Cuando están dentro de su seno los acaricia y penetra y no deja que emerjan hasta que ya son su propia metamorfosis.
  • A los que estamos en la eterna penumbra no nos molesta, al fin y al cabo somo seres que sobrevivimos invisibles en la sombra.





18 de julio de 2008

FRIDA DE DIFUNTOS


La de Paco Chika, joven artista extremeño, es una estética con la que ya estamos familiarizados, eso es seguro, por lo que de nada sirve extenderse sobre ella.


Por el contrario, sí que interesa destacar que la visión que aporta en esta obra, "Frida de difuntos", dota a sus iconos de un papel transgresor con el que sumir nuestra mirada en la ironía de lo posible o de lo imposible. Tal es como el virtuosismo y la representación se aunan para que el enfoque plástico sea una realidad cruzada con el simbolismo de una tradición.


Y con ello refrenda toda la historia de un estilo y un formato que se remonta al primer cartel moderno creado por Henri de Toulouse-Lautrec.


Paseando de madrugada por el malecón entre hambrientos de nada y nihilistas de todo, me viene a la cabeza la reflexión impensable que se hace Hans Sedlmayr sobre el arte moderno en relación al "predominio del espíritu inorgánico y el esteticismo y su adaptación al punto de vista humano".


Incapaz de dar con la cuestión que me permita dilucidarlo -de ahí lo impensable-, continúo con mi paseo a la espera de que el amanecer anegue este rincón que hasta ahora ha estado colmado de compañías compartidas y ensimismadas.

UMBRALES INCIERTOS