- El gran artista segoviano REGUERA, muy frecuente en este blog por ofrecer lo que ofrece, no necesita rebañar de los recortes miserables que nos aquejan, al contrario, con el grupo MANIFESCETO estudiantil de la Escuela Superior de Comercio Exterior (ESCE) de París, monta, en un proyecto muy original, su obra en sus instalaciones con el propósito de que cada estudiante, profesor y visitante sepa que la experiencia del arte es también una forma de darle a la economía otra fisonomía, otros rasgos y una gran sensibilidad, visión y poesía.
- Cada alumno de este grupo tiene un función concreta, que va desde el transporte y el montaje hasta la promoción y la comunicación. En definitiva, un ejercicio práctico de simulación y, lo más importante, de consideración, análisis y valoración de otros presupuestos ajenos a los meramente y algunas veces ridículamente comerciales y financieros.
- Pero no quiero despedir este post sin referirme una vez más -¡qué pesado!- a la obra de un artista que borra límites y contornos, que es inconmensurable; que en su poesía cromática y espacial absolutamente abstracta viaja desde la superficie hasta el fondo con el mismo sentido dinámico de vida y arte; que puede ser continuada por todas partes y que desborda por sí misma. Nada hay firme y estable, estamos bajo una conmoción. Y va a perdurar.
- Aprendí de esta historia
- que a los hombres educados en el desprecio
- hasta el amor les sirve para expresar odio.
(Ángel González).
- El cubano BENÍTEZ acaba de morir y con él se va una parte de la historia de la pintura de esta mágica isla caribeña. Con él, en cambio, se queda un sentido plástico que no se conformaba con un solo hacer, sino con todos aquellos que le inspiraban su modo de concebir su arte.
- Hay, en sus obras, planteamientos y soluciones de un signo y de otro, de una significación y otra, de una alusión a otra, de una cita a otra, hasta llegar a concurrencias y diálogos que no descartan ni lo clásico ni lo contemporáneo, ni las fuentes ni los malecones.
- Su capacidad para conjugar espacios y figuraciones en una única poética hace que su talento estético haya sido inmanente a su ser, ése que sabía pintar antes que ver, intuir antes que resolver, saldar deudas sin hipotecas e invocar siempre.
- Nadie se salvará,
- nosotros mismos
- nos entregamos, dóciles:
- era imposible resistir más tiempo.
(Ángel González).
- Los vínculos entre sociedad y pintura están claros. Que nadie -en esa acepción incluyo a los que deben hacerlo- nos incite a verlos o que se haga a modo de un ceremonial absurdo de obligado cumplimiento es otra cosa, lamentable pero otra cosa.
- Sin embargo, dentro de la obra del israelí BEZEM no es difícil ver esa luz encendida (¿dónde hay otra?), ese universo que gravita entre la acusada formulación cromática en la poética del horror y el descenso a los infiernos, Entre lo que se determina e indetermina estilísticamente para marcar su significación de una u otra manera.
- Pero nunca se acaban de enterrar los muertos, están señalando siempre con una mano que vienen otros que estarán más despezados. Lecciones visuales, por tanto, de un espanto que nos sirve ya de consumo de imágenes y para ahuyentar el nuestro, y del que apreciamos únicamente lo acertado o desacertado de su visión. ¿Para qué más?
- Ni la lluvia
- pudo borrar las huellas de la sangre.
- Perdido para siempre lo perdido,
- atrás quedó definitivamente
- muerto lo que fue muerto.
(Ángel González).
- A través del retrato sondeamos las distancias entre nosotros, las que separan los fines de los medios, las verdades de las mentiras, las certidumbres de las incertidumbres.
- Los de la mallorquina CARBONERO son de trazo grueso, como grueso es el volumen de lo que está oculto en su condición humana. Reivindican otros términos de contemplación, rompen premisas y presunciones y nos desbordan porque es muy duro aceptar esas miradas, esos ojos, esos rasgos que guardan el estilo de la congoja.
- En cada uno de ellos vemos lo que no hay en miles de rostros cuya plástica es anodina y aséptica o preciosista. Y si miramos con precisión nos apercibimos que no se llega a ellos sino a través de una historia tanto vital como pictórica.
- Un grito agudo interrumpió la melodía.
- El artista, extrañado,
- agitó su instrumento,
- y cayó al suelo, yerta, rota,
- una brillante y negra golondrina.
(Ángel González).
- En una isla se aprenden y se empiezan a reconocer los mínimos signos -tal como algas- al surcar ese espacio marino del que surgen mensajes poéticos que no tienen en sí mismos otra explicación.
- Para el mallorquín FABRÉ la caligrafía de ese proceso en el que se vio inmerso por propia propia voluntad no le resultó un círculo cerrado sino un corazón abierto. Sobre la pátina de plasticidad deja sentir los hilos de un tiempo que se está deshilachando.
- Pueden decir que esta forma de aprehender la superficie no es nueva, pero también deberían señalar que acercarse a ella desde distintos focos pictóricos y existenciales exige una maduración de la que es muy difícil entender cómo llegar a su sabiduría.
- Dejó caer los brazos, abatido,
- se desprendió un gusano de la manga,
- pidió perdón y recogió el gusano
- que era sólo un fragmento
- de la totalidad de la esperanza.
(Ángel González).
- ¿De dónde sale toda esta irradiación? ¿Collages de todas las determinaciones estilísticas? ¿Y si fuesen imploraciones a la magia pictórica para que no deje de hacer maleficios, sortilegios y encantamientos?
- Al impregnarse de las fijaciones plásticas que configuran todo su imaginario, la española PETIT no da por perdida a ninguna, las quiere cruzar e hibridar a casi todas en un remate entre el delirio, la perfección y la angustia de la no consumación.
- La representación en sus obras nos permite reconocer referencias, iconos, atmósferas, lenguajes, visiones, hasta que se convierten en secuencias unitarias que se desarrollan como una oda al tiempo, al arte, a la memoria y a la reivindicación de lo que queda a partir de la muerte si está bien transcrito.
- Queda quizá el recurso de andar solo,
- de vaciar el alma de ternura
- y llenarla de hastío e indiferencia,
- en este tiempo hostil, propicio al odio.
(Ángel González).
- La escultura moderna, a partir del cubismo, recorre ya por sí sola caminos inusitados. Innovaciones en materiales, técnicas, procedimientos y conceptos permiten ofrecer un sinfín de soluciones y momentos evolutivos de gran creatividad.
- Uno de esos hallazgos se refiere a la pérdida de espesor, corporeidad, robustez, a que el interior sea transparente porque son las líneas del exterior las que juegan a marcar el sello de la identidad como síntesis. El español CABEZAS así lo ha entendido porque sabe jugar con el halo como el reflejo del que la escultura se hace eco.
- En algunas obras el viento se hace sentir, flexibiliza y hace surgir la figuración como si fuesen ondas magnéticas, hasta concurrir en una aleación que confiere luz e imaginación al espacio. En otras, jaulas de rejas gruesas y sólidas provocan en sus habitantes el dolor de no poder salir, de condenarse a estar dentro eternamente. ¿Una alegoría de la incomunicación que nos aqueja? Y están las que aparecen como filigranas que se han ido desenvolviendo y culminando en la conformación de un rostro al mismo tiempo sin dejar de ser máscara. Toda una celebración, en fin, del hierro y su férrea vestidura.
- Se paga con la muerte
- o con la vida,
- pero se paga siempre una derrota.
(Ángel González)
- En el israelí MORDEJAI no sólo ha habido una incubación cubista sino que no ha perdido el olor y la profundidad introspectiva por el claroscuro, por el sentido clásico, por esos personajes sin iris, sin pupilas, sin córneas, ciegos porque miran hacia adentro y hacia adentro vuelcan su destino.
- Años duros y sufridos, de persecuciones por una supuesta condición maldita, de supervivencia y de continuar pintando aquello que nos deja un futuro y un ser en el que pensar, los mismos que busca esa rata a través de un tablero con una multiplicación inútil a la que no puede llegar.
- Por eso es una plástica que nos envuelve en el significado de una emoción que enlaza historia y vida, sentimiento e interrogación, para luego llegar a la duda de si los aspectos formales se corresponden o no con ese vómito de la experiencia.
- Por caridad todo se conseguía:
- -Por caridad, por caridad,
- gritaban
- los hombres
- en las duras esquinas azotadas
- por el aliento
- del cantor mulato,
- por el murmullo en sol de la criolla,
- por la lluvia además, por la desgracia.
(Ángel González).
- Si preguntásemos al chileno BAHNA cómo se funde su ideario con el material seleccionado nos diría que hay una estética ahí fuera, no muy lejos, buscando un lugar y una visión. Él solamente se encarga de difundir, mediatizar y ordenar sus formas, posarlas si requieren apoyo o hacerlas que sean un elemento flotante.
- Entonces, y como resultado, algunas son dinamismo puro que se extiende, alarga y difumina a partir de un núcleo central; otras, con raíces espinosas, se ondulan desde abajo hacia arriba o viceversa, lamentándose del mínimo vacío que las rompe. Siempre son transparentes, compactas o abiertas, inteligentes, y saben captar la mirada que trata de infiltrarse en su contextura, hallar su naturaleza, la ontología que es menos de lo que descubren y más de donde proceden.
- Nos iluminan como palabras que tienen algo de cinético, volátil, ligero, para narrarnos una historia visual que nos haga sensibilizarnos y al mismo tiempo sensualizarnos con su diversidad, con sus opciones estilísticas y con su condición de esculturas hechas para ser nuestra compañía.
- Entonces todavía era
- sencillo:
- amar, besar, comer aunque tan sólo
- fuera
- un pedazo de pan,
- una limosna.
(Ángel González).
- Cuba es un mar del que no se agota todo lo que estéticamente lleva adentro. Se suceden desde antes incluso de los años 50 del pasado siglo generaciones y acontecimientos de signo artístico que desvelan la creatividad de una isla que no deja de concebir y concebirse a sí misma.
- Son muchos lenguajes, muchas las formas de afrontar el hecho plástico, muchas las vías de ampliar todas las modalidades, los sistemas, las iconografías, los senderos, porque lo fundamental es que los recorridos no se queden fijos y abran más surcos en una frondosidad a la que no se le ve el fin.
- Mas en el caso del cubano VALDÉS lo que a él le toca es retratar la pregunta entre ese mar, la isla y el bosque sin límites. Lo que configura en sus obras es esa muestra imaginativa y representativa de una identidad, de cómo se conforma pictóricamente, de cómo late en una orografía arriba y abajo que tiene el misterio de su supervivencia y una apuesta por lo que es y ha sido.
- Ésta es, en fin, la clara piedra
- donde su incierta historia queda escrita.
- Y si a veces lo olvida,
- si vuelve su mirada hacia otra parte
- intentando extraer de lo ya abstracto
- una idea concreta que lo explique,
- todo es lo mismo ya.
(Ángel González).