- Una exposición en el Espacio Cultural Excelencias de Madrid, en la calle Magdalena, nº 8, reúne a cuatro artistas, dos cubanos -uno ya nacionalizado español-, HUMBERTO VIÑAS y FELIPE ALARCÓN, y dos españoles, PEDRO S. MORILLO y ALFONSO BRAVO, que, además de ser arte que se hace hoy, depara un pacto de distancias en el tiempo y en el espacio.
- Al igual que en sus obras colgadas no hay afinidades que limiten, yo diría que todo lo contrario, tampoco hay derivas que resten, sino sumas cuyos recursos técnicos, magníficamente estructurados, confieren una determinación plástica a lo real, tanto en su vertiente vivencial como en su faceta soñadora. El oficio, que parece en extinción, se delata con vigor y ardor, con un alma propia y hasta ajena si ha lugar a una apropiación que no exija abstinencia ni devoción pía.
- Son cuatro microcosmos que en su reflexión y acción descubren para y al espectador lo que se contiene en confines de la existencia cuando ésta va acompañada por la melancolía o exaltación de la materia, por las múltiples caras de la condición del ser como naturaleza, como cultura, como vestigio, como encarnación de la forma que habla y comunica.
- Mientras HUMBERTO y FELIPE se empeñan en la búsqueda de la significación de orígenes, huellas y subsistencias o pervivencias, en gamas acrisoladas, PEDRO y ALFONSO se decantan por expresiones sígnicas, casi caligrafías metafóricas conformadas entre lo entrevisto y lo que al final brota, entre lo percibido inicialmente y lo formado bajo lo oculto que posteriormente es hallado y culminado entre lo sombrío y lo diáfano. Con la meticulosidad requerida se detecta que han desaparecido las apariencias efímeras en todos los cuadros, quedan de una vez y para siempre como productos legítimos y consumados, sin imprecisiones que únicamente desembocan en gesticulaciones estériles.
- Por último, solamente me queda recalcar que estas cuatro propuestas acortan trayectos en cuanto a lo que tiene el arte de fluido clamoroso, de ámbito intimista y pasión -no se crean, no hay muchos creadores que tengan un sentido tan álgido de este pathos-, de lenguaje que transmite horizontes inspirados desde territorios más comunes de los que ellos puedan imaginar.
- Les aconsejo que no se la pierdan, guardarán de ella una de esas palpitaciones que hasta ahora no habían encontrado.