- En su día fueron las obras más polémicas y escandalosas, aunque se han quedado ya desactivadas, pues si tomáramos el siglo XXI como punto de partida habría que incluir muchísimas más.
- - Desayuno en la hierba de EDOUARD MANET.
- - El origen del mundo de GUSTAV COURBET.
- - La virgen maría castigando al niño Jesús delante de tres testigos: el propio autor, MAX ERNST, André Breton y Paul Éluard.
- Cristo crucificado de GEORGE GROSZ.
- Pensativa sustancia decía Alberti que era la pintura, pero en el caso de la obra del alemán de origen judío NUSSBAUM, muerto en un campo de exterminio, no nos sentimos inducidos a participar activamente en el alma de sus escenarios. Pues no es la muerte enamorada ni la espalda de la vida, ida o venida, que hasta abrazarla no sabemos nada (Gerardo Diego).
- Es una atroz realidad que ha ganado espacio y tiempo, ser y noche hasta transformarse en una conmoción total de la existencia. En la tela no hay una necesidad detenida un momento, es imposible si es el fruto de una violencia que el pigmento ensucia de forma diabólica. No es una superficie brillante, es nada más que un cristal roto y ensangrentado, un reflejo que mata los símbolos para conjurar la continuación de la destrucción.
El autor ha estado en permanente desvelo, con la paleta vuelta al cielo y el pincel, en un cuerno, bajando hacia el infierno (Alberti).
- Éste es mi seiscientos post en el blog, con el que nunca creí llegar tan lejos y de manera tan constante. Intentos de apertura de un diálogo, afortunado o desafortunado, pero que se está convirtiendo en un monólogo, tal que un soliloquio imprevisto que desnudase contradicciones y emociones sin abandonar la mesura. El arte es la vía más cercana para conocerte y también extrañarte, concluyente para reconocer soledades y surcos derrotados. Hagamos por seguir con él aunque nos esperen días de insurrección.
- Estamos ante la obra de un neerlandés, KOCH, considerado el máximo representante del realismo mágico. Y desde luego me rindo, pero no por un hechizo que nunca descubriré, sino por la fascinación de una propuesta que impone el ocultismo de una belleza fría e insolente contenida en la fealdad.
- Si contemplamos detenidamente estas imágenes nos cuidamos muy mucho de quitarnos las máscaras, queremos que sigan camuflándonos, guardando un misterio que no nos atrevemos a descubrir, que tiene que continuar custodiado para que no haya nada que exteriorizar.
No se trata de convicciones ni de encuentros con la razón, sino de intuiciones que nos revelan estos retratos, derivadas de una verdad que se hace plástica gracias al encantamiento y al ensalmo. Son primeros planos que no tienen salida, no dejan un hueco en la ensoñación de la mirada en campos miríficos. Aunque bien es cierto que ni falta que hace.
En definitiva, que para eso están estos antisímbolos, para que la estética de lo prodigioso permanezca viva aunque sea con disfraz.
- Dicen que la obra "Expectativas" del alemán RICHARD OELZE ha sido fundamental en la historia de la pintura. Una valoración quizá excesiva para el conjunto de un hacer rico en significaciones plásticas. Es indudable que en esos personajes que tratan de ver en un horizonte sombrío se refleje la incertidumbre del hombre del siglo XX. Durante el mismo la naturaleza humana se puso a prueba y perdió, por eso esos miles de ojos tratan de advertirnos que no atravesemos espesuras tenebrosas, tal como lo hace esa pareja, que seamos incapaces de descifrar. Pereceremos.
A una definición impregnada de gran fertilidad pictórica en todas las áreas de la representación, une una intensidad expresiva que nos penetra y nos traduce, hallando itinerarios fosilizados en nuestro mapa genético. Si configura expectativas que no se cumplen, al menos proyecta su inseminación en el soporte como testimonio de que han quedado rodando en el vacío a causa de su maldición y condena, aunque luego sean su insumiso reverso.
- Cabalgamos sobre la duda, la amenaza, la inseguridad. Vacilamos siempre, incluso desde el fondo de la mirada. El artista ha dado fe a pesar de que al final que sigamos sin creerlo.
- Una parte de la obra de este pintor y muralista finlandés, GALLEN-KALLELA, no nos es nada extraña porque podemos considerarla en nuestra contemporaneidad, tal si fuese un cómic de ahora que narrase historias de sangre y fuego, de combate y muerte.
Otra parte es la plasmación de una búsqueda de realidad entre el erotismo y la dimensión inmarcesible que es el sueño de lo imposible, que es dejar que la muerte no tenga tiempo, se quede sin él, caduque, se haga ciega y sorda y no pueda realizarse.
- No es una pintura que podamos olvidar, se mece en nuestra mirada con la verosimilitud de lo conciliado visualmente, de lo acordado entre presencias y ausencias, entre evocaciones y confluencias imaginadas.
Te admira el poder de una ilusión figurativa o la sensación de tomar lo táctil como un nuevo encuentro que has recuperado. No es vana la visión que te procura una fantasía que no elucubra, sino que toma base sobre un fondo de percepción tan íntimo, tan intemporalmente existencial. Quizás sea un adiós que se repite pero sin reniego.
- ¿Por qué un tribunal de Hamburgo todavía le permite a Hans-Joachim Bohlman entrar en un museo, sala de exposiciones o galería si tiene autorización previa y va con vigilancia?
- Se calcula que los daños ocasionados por este individuo al patrimonio artístico mundial se elevan a mil trescientos millones de euros. Se habló de que era un hombre depresivo, que había sufrido siempre de falta de cariño, lo que le había provocado un miedo irracional y un permanente sentimiento de culpa. En 1.974 una intervención quirúrgica estereotáctica le destruyó el tejido nervioso. Y en el año 1.977 tiró a su mujer por la ventana.
- Su arma preferida era el ácido sulfúrico, con el que arrasó cerca de sesenta cuadros, entre ellos, obras de Cranach, Durero, Rubens y Rembrandt.
- ¿Por qué hacer al arte culpable de su propio infortunio o delirio? No creo que ni él mismo lo sepa, lo que lo hace aún más terrible. Está claro que no ha sido tocado ni por el ángel de la guarda (¿o es un ángel caído?) ni por el sueño de Orfeo del cubano Humberto Viñas.
- Hoy El Malecón tiene una fuerte pesadilla. Una manada de burros le cocean por todo el cuerpo. No hay forma de calmarles, ni siquiera con esas arengas tan pulidas de la que es capaz y que incitan a luchar quietos, no se vaya a mover la isla. Cuando despierta ya estamos lejos mi amigo Humberto y yo, no queríamos ser víctimas propiciatoras de su ira teocrática, sobre todo cuando estábamos todavía a mitad de una botella de ron.
- Novelaba Miguel Ángel Asturias que en un instante de ausencia puede comenzar la eternidad. Para el belga SPILLIAERT ese instante es eternidad y es eternidad pictórica de sombras que cabalgan a cuestas de hombres y confines. Y aparecen caníbales de oscuridades y visiones, de noches infinitas de soledades y misterios.
- El conjunto de la obra se encierra en sí misma como si tuviera temor o repugnancia de lo que hay afuera, en el exterior, de que hay un peligro o una atracción letal, ante lo cual debe ennegrecerse y enmascararse. Una búsqueda de introspección en la forma, en la organización plástica desde la cual se evoca e invoca para que el eco retroceda y no amenace más que con la resonancia del fin que aguarda entre tinieblas.
Eran tiempos de plasmar umbrales de desesperación, de desesperanza, de no confiar en rumbos manipulados, de que había que adentrarse a través de huellas ignotas y ocultas en el sentido iconográfico, en su naturaleza reveladora, apareadora de fuerzas incontenibles que se expresan desde esa vertiente que conecta existencia y arte en su elocuente tragedia.
- El Malecón bostezó. Dentro, en la mudez nocturna, susurraban roces de carnes, vientres insatisfechos, rostros irresolutos. Mi amigo Humberto y yo palpamos el pecho aún en rebelión de una mulata parda que se comía la prisa por vivir. Esta vez sí que al amanecer bebimos leche y ron.