- ¿Hay una fuerza desconocida que actúa en el interior del artista y que representa el impulso decisivo y la instancia propiamente dicha del proceso creativo? En el caso de los retratos del italiano ROSAI es evidente que esa fuerza se trasvasa del retratado al autor.
- Y es implacable en la representación de estas efigies que nunca miran de frente, que siempre tienen miedo de algo o de alguien, de que su fealdad sea la ficha que les presta esa sospecha, esas indefensión ante el mundo.
- Todos ellos son enigmas por voluntad de su creador, y sus rostros así lo expresan y así nos lo transmiten, aunque sea toscamente, brutalmente, porque el sentido plástico va hasta quedar anclado en un fondo sin intentar rescatarlos y rescatarnos.
Para ser hay que tener
siempre los ojos abiertos.
(Manuel Pacheco)
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