20 de febrero de 2013

KORL HORT HÖDICKE (1938) /


  •  La voluntad expresionista del hombre es una distorsión en paralelo a la angustia que uno siente cuando se coloca ante el soporte, son vientos del exterior huracanados los que le recorren desde la cabeza a los pies, los que le impulsan a crear como si fuese el fin de sí mismo en un tiempo y sociedad determinados.    


  •  Como decía Michaux, el artista es aquel que resiste con todas sus fuerzas a la pulsión fundamental de no dejar huellas. Al final las deja porque está en su condición y es el medio de encontrarse a sí mismo frente a lo que le rodea y lo que le aprisiona. Y de transmitírselo a los demás. 


  •  En el caso del alemán HÖDICKE, adscrito al llamado neoexpresionismo, la hoja de ruta está muy clara, es pura naúsea sobre lo que somos, sobre como nos vemos, sobre como estamos marcados dentro de una plástica que lo vierte según unos presupuestos existenciales que bordean la sumisión a la sátira, el vacío y la pérdida de convicción. No hay piedad en esos gestos pictóricos que trazan el escepticismo de haber venido y todavía no estar de regreso.    


  • Primero han de morir otros sentidos.
  • Yo bien lo sé: definitivamente
  • la muerte me entrará por los oídos.

(Javier de Bengoechea). 

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