14 de febrero de 2013

EARL STALEY (1938) / YO HICE VIVIR LOS ESPACIOS


  •  La pintura sigue siendo el deseo absorto que nos descubre desde el exterior. Nunca pasa una página sin que haya removido tierras y campos de visión. Ni cede un milímetro si piensa que la metástasis ya está funcionando y hace nacer un alba.


  •  Y dentro de este amanecer el creador va destilando y celebrando su propia versión del acontecimiento visivo, situándose dentro del mismo, estableciendo parámetros desde los que observar la finitud que él, como mediador, tiene que evitar que cese. El norteamericano STALEY no deja que la luz ni la forma se apaguen, al contrario deben dirigirse a nuestra mirada para que intercambiemos lugares y entrañas, las profundas razones de cada plenitud y del furor del encuentro.   


  •  Es una obra fruto de la libertad, de ver el mundo a la luz de unos principios por los que rige su hacer y su construcción, su fe en que la decisión es la que enlaza su producción con lo que entiende que debe ser una plástica que ha de ganarse vibración sin enloquecer al sueño.   


  • En esta encrucijada
  • del cuerpo siempre lleno de luz, de amor, de gracia,
  • y del alma sombría, siempre oscura, siempre vana,
  • qué ramaje de sangre apartaré con la mano
  • para ver el paisaje que fuera de mí se prolonga.

(Ricardo Molina).

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