PEDRO PARICIO (1982) / SIGO RECORDANDO A FRANCIS BACON
- Decía André Malraux que toda creación es en origen la lucha de una forma potencial contra una forma imitada.
- Algo de esta dialéctica hay en esta serie "After Francis Bacon" del canario PARICIO, en la que la interpretación culminada desmonta casi totalmente la representación corporal para disolverlo en la metáfora de sus propios fluidos densos y empastados.
- Ya no se trata de que en esos recintos tan geométricamente calculados y aplanados esté sucediendo algo, sino que el acontecimiento ha tenido lugar y es historia pasada, y únicamente quedan deshaciéndose sus despojos.
- El ejercicio de esta recreación, además de considerarlo un homenaje al monstruo que fue Bacon, tiende a una contextura sintética, más proclive a fijar el núcleo como un engrudo de pasta a modo de signo de una humanidad abocada a un final entre huella significada bajo una luz impostada y lo anónimo.
- Evidentemente, el sentido de la serie no es continuar la enjundia original y llevarla hasta sus últimas consecuencias, sino la toma de un contexto que diese la oportunidad de transcribir otro planteamiento, más cromático y plástico, menos visceral y agresivo, pero que fuese la causa de un momento comunicativo de distinta factura y con otras derivaciones.
- Apareció hace ya mucho tiempo por El Malecón el baracutey aguantatarros y se encontró con el Babujal, el cual le propuso poseerle para que en forma de chipojo se introduzca por el ano de las hembras jóvenes. Mira, le contestó, yo no soy un baboso ni estoy alebestrado, solamente será posible si me das a beber líquido menstrual. Y así fue. Y desde entonces se le respeta mucho por sus inspiraciones proféticas entre las bichasmalas.
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