30 de julio de 2008

MOMENTO ESTÉTICO


Este dibujo de un autor anónimo me ha deparado ese "momento estético" del que hablaba Bernard Berenson, al referirse a él como el instante fugaz en que el espectador es un todo con la obra.


Pero además, él mismo sujeta nuestra mirada con la intriga que se desprende de unas formas que aparentemente no encuentran destino ni orden aunque hay ciertos indicios de que los buscan, con unas estructuras cuya carencia de un latido uniformador impulsan la dirección de nuestros ojos por cada una de las líneas y de las sombras.


Siento que mi capacidad de discernimiento está confusa ante la imposibilidad de percibir la entraña que hay detrás de una construcción que en su desorden guarda su propia identidad plástica, rica en vericuetos y rastros en un engranaje que no requiere más que un impaciente deambular por los intersticios que ocupan una contemplación desconfiada.


Este mar antillano, de nostalgias sanguinarias, sigue engordando a base de devorar hados sin estrellas. Insaciable, está a la espera de que un malecón despechado le haga soberano de los seres en fuga que lo pueblan para engullir con ansia insatisfecha sus ánimas. Y después únicamente vomita las que están condenadas a infiernos omnipotentes.

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