- La nueva obra del español ALBERTO REGUERA estará en la Serena Morton Gallery de Londres a partir del 15 de septiembre de este año. Con ese motivo desgrano una serie de reflexiones suyas y mías que están en perfecta connivencia.
- En primer lugar, que haya culminado magistralmente la asignatura que para Juan Carlos Román, es la más compleja, cual es la educación, desde el inicio, de la mirada. Con ella adquiere esa sabiduría creativa que ahora nos depara un suceso tras otro.
- En segundo lugar, que, al igual que sostenía Merleau-Ponty, tenga una gran fe en un porvenir abierto e inesperado, con lo que seguirá enriqueciendo su trabajo sobre la base de conjeturas metódicas y no sobre un saber absoluto.
- En tercer lugar, según él me confiesa, que su motivación es la configuración de los espacios expositivos, ellos le dan la idea acerca de como un imaginario plástico encuentra la cita con su destino final, el que suscita e implica un complejo de relaciones con ese hombre que va a contemplarlo, a participar de él y compartirlo.
- Así es como su obra, en todas sus dimensiones, llega a ser una luz simbólica que aguarda ese pathos que la proyecte universalmente, además de transmitir siempre el propio espíritu del artista, sus predilecciones, sus gustos, y, por tanto, sus emociones.
- Por otro lado, ALBERTO es muy cuidadoso en la planificación y el proceso de realización, por eso, me cuenta, ha tomado en consideración las líneas del horizonte, las formas elípticas y circulares, las texturas apropiadas, la visualización de universos cósmicos, interestelares, astros irreales, sensaciones afines y ese carácter expansivo que lo invade y lo inflama todo.
- Si, finalmente, atendemos a lo que manifestaba Hockney, respecto a que no es necesario creer en lo que dice el artista, sino en lo que hace, entonces es cuando la obra, en su conjunto, nos parece una revelación sin parangón, un lenguaje sin límites que nos permite ir asistiendo a una fantasía que se va incubando, merced a su magnetismo, en nuestro ideario y en la magia que puede acontecer en nuestro destino.
- Si están en Londres, en fechas de septiembre u octubre, acérquense a esa galería y podrán mirarlo, vivirlo y grabarlo en su memoria como experiencia que continuará sumando.