- Que haya un punto de partida, por favor, uno sólo aunque sea inconsciente, pues éste siempre se desarrollará a través del accidente o el azar, confesaba Francis Bacon. El italiano PISANI, que acabó suicidándose, es fiel reflejo de ello con todo su magnífico aparato imaginativo.
- La suya es una pintura y una escultura que no esconde las paranoias, las contradicciones, las sofisticaciones y falsedades del mundo que nos rodea, pero para ello suelta sus mejores dotes y capacidades plásticas, aunque los despistados le acusen de una liturgia surrealista breve y concisa.
- Nada más lejos de ello, la locura que anida en su interior transforma y suprime lo superfluo, se queda con los más arbitrario y mortífero, con la creación y la destrucción, con la alegoría y el sursuncorda, con el despiporre y la sagrada luz. Entonces es cuando se ha ido para dejarnos algo imborrable.
Cerrarte en un paréntesis de brazos
donde no cabe el mundo, ver que rota
mi ser alrededor de tus caderas,
romper con lo exterior todos los lazos,
y entrar en una realidad ignota,
que es sólo un centro en donde no hay afueras.
(Lorenzo Oliván)