- Es una figuración singular que nos desborda por todos los lados. El caos está asegurado y la pintura lo refleja con una exactitud pasmosa. El hecho de que el artista, TELTING, sea antillano es una de las respuestas entre una realidad viva, en movimiento, en un desarrollo que no tiene un fin determinado, y una configuración que busca en el color y la línea esa desarmonía efectiva.
- Como un juego que aparentemente lo deja todo al azar, pero que observando más atentamente percibimos su contribución a través de signos que tienen su función determinada en la agitación, en el paroxismo, en la evasión de un espacio que agobia.
- No cabe duda que esta obra se empeña en perseguir una visión personal muy concreta pero que al trasladarla al lienzo, los propios elementos utilizados la construyen como si fuese la suya, pues es su vida la que aparece, no la de otro.
Celestial arco, amargo viento barre
la vida, soplan
aires contrarios. Nada
puede darnos consuelo.
(Jesús Hilario Tundidor)
- La pintura tiene una señal de fondo irresistible pues de él afloran acervos, exploraciones, multitudes y encuentros. El color, como en el caso del alemán DORFMEISTER, no se explicita sin tener una forma con la cual explicarse y dar con una fenomenología propia, singular, que es la que mejor le sirve como campo de investigación.
- Con ello no pierde opciones sino que las ensancha, las compenetra y las revuelve en una estrecha comunicación de íntimas resonancias, de ecos que se visualizan tan remotamente que parecen que están ahí, al lado nuestro, escuchándonos y respondiéndonos.
- En sus obra la visión no descansa, se somete a miles de pruebas y ensayos, acciones y gestos, a convicciones y procedimientos, en simbiosis incalculables, hasta establecer el punto que cierra la agonía o el júbilo del hacer, la sensación del acabar, el pensamiento de no perder sino ganar.
Ahora contemplo el mar, no tengo miedo ni esperanza.
(Antonio Gamoneda)
- ¿Hemos cambiado de hemisferio? No. Pero en éste también cabe ser de otro modo y tener otro código estético. No hay nada que lo impida y menos la forma, ¿por qué habría de hacerlo en todo caso?
- Salen como vestigios y no lo son. El polaco SIKORA los ha creado partiendo de la libertad, incluso de la liberación, de que está impregnada la suma de mutaciones, el hallazgo que parecía imposible y la rotación imaginaria de entes espectrales.
- Al fin y al cabo nos enriquecen con su presencia, nos ofrecen alternativas de intercambio, de razones para vivir más que del cuento, de insignes naturalezas no contaminadas, vírgenes y poseídas por la penumbra de la que se alimentan para iluminar su propia luna.
Huelo los testimonios de cuanto es sucio sobre la tierra
y no me reconcilio pero amo lo que ha quedado de
nosotros.
(Antonio Gamoneda)
- No hay premisas concernientes a lo que es y viene ahora y a lo que no es y no corresponde o no se ajusta a lo coetáneo. Para el artista cubano SAUTÚA su obra es para siempre, pues no parte de intuiciones y especulaciones sino de bases bien pertrechadas en un imaginario caribeño presidido por estas ninfas que han protagonizado un mundo de vivencias inexpugnable.
- Ellas, tal como están representadas y de acuerdo con los signos que las marcan y las identifican, están sellando el rumbo de una época y de una geografía que confirma orígenes, narraciones y leyendas.
- Ante estas configuraciones plásticas tan bien encajadas, propias de esa isla y de su historia, que son una continuidad de su acervo cultural, de su impronta y culto a la feminidad, pero al mismo tiempo aureoladas con ese hilo de misterio que nos hace ver más allá de ese impacto visual, descubrimos que la pintura sigue simplemente fluyendo y mojándonos.
Cuando esté un día delante de mi amo,
veré su rostro, miraré en su rostro
hasta borrarlo de él y de mí mismo.
(Antonio Gamoneda)
- Algunos de los episodios de la vida del artista francés LE COZANNET han tenido ciertos ribetes dramáticos, como lo son, justa recompensa, sus epigonales monstruos -ha habido tantos en la historia del arte-, que certifican una visión vislumbrada desde la penumbra.
- Pero también pueden ser juego del azar los que los convierten en reflejos plásticos de un subconsciente que no deja de limar sueños y teogonías ahora que la muerte poco a poco se va encarnando en su existencia. Quizás para conjurarla sean precisos estos aborígenes de grandes ojos que nos vayan durmiendo o sometiendo a un sopor ya irreversible.
- Lo cierto es que su creatividad no ceja aunque sea la despedida de un estertor, que en lo relativo a esa pulsión no sólo no pierde fuelle sino que engrana un mecanismo automático de funcionamiento y conciencia, de reinvención e imaginación.
Se me olvidaba el don de la palabra.
Para lo que tenemos que decir -"adiós",
"amén" -, qué más da estarse hinchado como un sapo
de renuncias. Al fin y al postre, nada
merece ya la pena si vivimos
a cuatros pasos de la cárcel.
(Gaspar Moisés Gómez)
- El cubano VILLAMIL tiene el suficiente bagaje pictórico como para que la prosodia no le falle en su composición de un mundo del trópico altamente enfervorizado, rico en gamas que bañan el lienzo hasta ocuparlo por completo.
- Aunque las huellas sean definibles, son un bosque de significantes que encubren un significado que parece ser único y volcado en el acorde del conjunto, en la visión plástica que encadena y desangra, que se visualiza en círculo unas veces, y en otras vertical u horizontalmente.
- Lleva en sí mismo el impacto de lo que bulle constantemente, de lo que se impone dejando sitio y lugar a lo que se despliega en honda configuración con el fin de dar alas a la dimensión final y determinante. Plástica que conjuga sin perder lo que la revela como única y auténtica.
Sólo de lo negado canta el hombre,
sólo de lo perdido,
sólo de la añoranza,
siempre de lo mismo.
(Agustín García Calvo)
- Hay que empezar el año con tino, dejándose llevar por la pasión y la convicción de que el tiempo no erosiona, sino, al contrario, da lugar a una creatividad desmesurada que estuviese a punto de perder el tren o el avión. Sí es verdad que queremos, en términos artísticos, apropiarnos del futuro con desmedida angustia, pero se hace preciso detenerse y pensar.
- En el caso del cordobés ROMERO apunta, primero, a aquello de lo que María Zambrano decía, lo de que dejar algo en blanco, dejarlo sin pintar, es dejarlo sin dueño, deshabitado. Pues en la obra de este artista, no cabe tal resolución.
- Quiere geometrizar el color sin habérselo comunicado previamente. Silogismo concluido sin resultado porque el mismo no carece de recursos y resistencias interiores para marcar su terreno, para mostrar sus mutaciones, desarrollos y cambios. No nos engañemos, no va a cejar en ello desde que descubrió su potencial y que él tenía también materia para cualquier discurso. Eso es lo que ha pasado.
Viendo ahora, mirando el triste mundo,
el putrefacto mundo humano
que conocemos, que hemos visto,
"inquietante" y "crucial", "predestinado"
(según nos dicen los periódicos),
en el que nos sentimos más bien presos, como algo
-nosotros, ello, todo-, algo que se devora
y se amontona y sigue sobre sus propios huesos blancos...
(Eugenio de Nora)