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6 de noviembre de 2013

ISIS DE LÁZARO (1964) / ¿QUÉ ES LO QUE TENGO POR DENTRO?


  •  Ya tuve el placer de conocer su obra y a ella, la artista cubana ISIS en La Habana, hace unos cuantos años, entonces sus preocupaciones pictóricas discurrían por senderos más livianos, más centrados en una feminidad en búsqueda de su propio sino plástico y si era posible, lo más puro e indeleble.  


  •  Ahora, el cambio, una vez asimilada esa primera fase, se hace evidente en esa fuerza, en turbulencia, que agita el mundo de esas mujeres dentro de una selva que nos les deja escapar. Los ejes sobre los que se asienta este fulgor y esta pasión, porque su trabajo la revela siempre, se basan en un magnetismo cromático sombrío, fruto de las circunstancias actuales del ser en su desenvolvimiento en un entorno crítico, hasta hostil. 


  •  Pero tras esa exuberancia floral, más bien amenazante, se levanta el icono de mujer, ya sea en osamenta o en rostro, como una roca inmune y resistente, defensora de su condición y con el aliento de una existencia que hace fortalezas de sus debilidades, belleza de sus fealdades y afirmaciones de sus negaciones.    

Lloras entre mis muslos, amada:
el cadáver de la poesía
es la sustancia de mis versos.
(Leopoldo María Panero)

5 de noviembre de 2013

MALANGATANA VALENTE NGWENYA (1936-2011) / LA PINTURA DEL DESTINO


  •  Es extraordinaria la capacidad, el talento y la amplitud visual que se encuentra en el artista mozambiqueño MALAGANTANA, que realiza sus propios Guernicas desde una profunda experiencia de la vida y la muerte, de la destrucción, la guerra, la violencia, el sufrimiento, la desolación, el hambre y la exterminación de su pueblo.   


  •  Esta imaginería nos estremece y al mismo tiempo toca de sopetón con nuestras convicciones plásticas referentes a un mundo desconocido que lleva milenios gritando su horror, su miseria y su dolor. De estos casi murales, de los que toma concepción y estructura, emerge la conciencia de un destino que está por encontrar singladura y otra historia.    


  •  En estas obras hay una convocatoria que no podemos dejar de ver, un llamamiento que alcanza a representar todos los aspectos, ya sea pictóricos, sintácticos, culturales, históricos y hasta una visión que rezuma furor, expresión, energía y el pathos más intenso. Sus rasgos son auténticos y mascan una verdad completa.

Mujeres venid a mí
tengo entre mis piernas
al hijo que no nacerá jamás.
(Leopoldo María Panero)

4 de noviembre de 2013

KENNETH ZENZELE CHULU (1967) / SE ACABÓ EL OCASO


  •  África empieza a dar pasos de gigante, está sabiendo hacerse contemporánea, que su cultura y su arte tengan algo que decir y reivindicar, que asocien experiencias múltiples de otros continentes con las suyas, que su fruto sea al final propio en sus representaciones, espacios y tiempos.   


  •  El artista ZENZELE, natural de Zambia, imprime en sus obras un retablo de imágenes que con un orden aparentemente caótico abre un caudal plástico de conjugaciones, presencias, mitos, leyendas, vidas, realidades, etc.  En esa saturación no hay desmayos, lo que hay son biblias visuales.




  • Pero la modernidad está dentro de las mismas con la misma efectividad que los relatos ancestrales, así como las formulaciones cromáticas, que son un ensamblaje perfecto para dar fuerza y energía a unas piezas que beben de las fuentes de los murales, de las densidades panorámicas de un mundo que se está abriendo.   

Dicen que allá en los ríos, cuando baja
el viento oscuro de la noche, un pez
acaso me recuerde.
(Leopoldo María Panero)

31 de octubre de 2013

MILTON BERNAL (1960) / A MÍ PARA PINTAR ME HACE FALTA EL TABACO


  •  Son los rostros de las arrugas del tabaco o es el tabaco de rostros arrugados. La pintura está impregnada de sus hojas y hebras para que el retrato sea fiel a sí mismo, a sus años de trabajo en las plantaciones, a sus edades todavía sin prescribir, a sus vivencias de silencio, ron y cigarro.


  •  En tales menesteres el cubano BERNAL es único y sus obras inolvidables, porque se convierten en hermosas bellezas táctiles, en pensamientos de toda una vida condensados en esas rugosidades, en esos habanos humeantes que son fieles interlocutores de esas miradas que ya están fraguando para dentro. 


  •  Para tales protagonistas, de esta forma reflejados, con tal sobriedad, no habría otra dimensión más que la de verse así hasta el final y si es posible después incluso del final. Es su arma, su beso, su amante, su compañero, su guía, su ideólogo, su salvación, su sueño, su mesías y su poesía. El artista así lo supo ver y representar porque él mismo es uno de ellos.    

Filóstrato, si muero ¿beberás de mis venas?
No desprecies el vino que el dolor enriquece
y al que la noble muerte da el sello más preciado.
(Leopoldo María Panero)

28 de octubre de 2013

ANA BELÉN CANTONI (1983) / NO HAY EN MÍ UNA NATURALEZA QUE NO TRANSFORME


  •  La verdad es que los fenómenos plásticos tienen ya otros signos visibles, se componen de otros hallazgos, otras propuestas creativas que tratan de enlazar naturaleza, yo y arte. Este es el ejemplo de la peruana CANTONI, que despliega en el espacio sus células simbólicas para que la visión quede lo más completa, lo más accesible a una imaginación que estreche vínculos con ella.   


  •  Esas redes, ramas, esos guantes colgantes, esas estructuras geométricas son laberintos que ponen en evidencia una poética que bascula entre entre ella misma y los confines de nuestros horizontes espirituales, orgánicos y visionarios. El encajarlos supone quizás una verdadera hazaña hermenéutica, pero el avistarlos es ya por sí mismo un hecho que germina en la mirada.  


  •  No obstante, el impulso debe ir a más, debe conformar otros descubrimientos, ir en búsqueda de ellos, que al tratarse de instalaciones tengan un proceso más avanzado, más detonante y sorprendente, más virgen y menos inmaculado. Las bases están puestas y sembradas. 

será la muerte como un vino?
habrá mujeres en la tumba?
Qué larga es la ribera de la noche,
qué larga es.
(Leopoldo María Panero)

26 de octubre de 2013

CLARISSA CESTARI (1977) / NO HAY PRINCIPIOS NI FINALES


  •  Todo está muy medido y muy configurado en estas obras realizadas con procedimientos especiales, complejos, para que después su articulación pueda surgir a modo de madeja metafísica libre, que se queda corta en ese espacio neutro pero que el espectador la hace proyectarse fuera de él.    


  •  Hay olas, mareas, que envuelven y se encrespan como si fuesen tempestades o turbiones metafóricos que nos sumergen a todos en una visualidad que no deja resquicio ni margen para obtener un refugio. 


  •  Son piezas que anudan y liberan, que estrechan y aflojan, que son núcleos que se desenvuelven de forma orgánica, animal y vegetal, pero que nos impulsan a otras latitudes del pensamiento y de la vivencia.

Todas las mujeres que conocí
están desnudas, bajo la lluvia desnudas
poco a poco hundiéndose en el lodo
de la memoria, y cayendo
como pelotas a lo largo
del barranco que mis manos no tocan;
y tienen frío, y lloran, y aúllan en vano
y se tiran de los pelos para sentirse en vano
en el país de los muertos.
(Leopoldo María Panero) 

23 de octubre de 2013

CARLOS RENÉ AGUILERA TAMAYO (1965) / ¿DÓNDE ME ENCUENTRO?


  •  Sobre una geografía concreta la imaginación teje un discurso visual que se extiende por todas las facetas vitales, culturales, artísticas y sociales. Incluso el humor es un agente atizador de experiencias plásticas que sólo tienen lugar si el cuerpo de la obra está firmemente logrado.    


  •  Con el cubano AGUILERA sucede tal fenómeno porque está cimentado en unos principios artísticos que toman lo imposible como posible, lo pictórico como pensamiento, expresión, liberación e independencia. Y no es en él solo, sino en casi todos los que están ahora en la lucha, como ellos dicen.


  •  Y además tiene esa explosión de color, de epifanía, de integridad narrativa que excita y seduce al mismo tiempo, que busca en el campo de la isla esos signos de vida y contradicción, de esfuerzo y fantasía, de júbilo sin alegría.  

El acto de amor es lo más parecido
a un asesinato.
En la cama, en su terror gozoso, se trata de borrar
el alma del que está,
hombre o mujer,
debajo.
(Leopoldo María Panero).