- Todo está muy medido y muy configurado en estas obras realizadas con procedimientos especiales, complejos, para que después su articulación pueda surgir a modo de madeja metafísica libre, que se queda corta en ese espacio neutro pero que el espectador la hace proyectarse fuera de él.
- Hay olas, mareas, que envuelven y se encrespan como si fuesen tempestades o turbiones metafóricos que nos sumergen a todos en una visualidad que no deja resquicio ni margen para obtener un refugio.
- Son piezas que anudan y liberan, que estrechan y aflojan, que son núcleos que se desenvuelven de forma orgánica, animal y vegetal, pero que nos impulsan a otras latitudes del pensamiento y de la vivencia.
Todas las mujeres que conocí
están desnudas, bajo la lluvia desnudas
poco a poco hundiéndose en el lodo
de la memoria, y cayendo
como pelotas a lo largo
del barranco que mis manos no tocan;
y tienen frío, y lloran, y aúllan en vano
y se tiran de los pelos para sentirse en vano
en el país de los muertos.
(Leopoldo María Panero)
- Sobre una geografía concreta la imaginación teje un discurso visual que se extiende por todas las facetas vitales, culturales, artísticas y sociales. Incluso el humor es un agente atizador de experiencias plásticas que sólo tienen lugar si el cuerpo de la obra está firmemente logrado.
- Con el cubano AGUILERA sucede tal fenómeno porque está cimentado en unos principios artísticos que toman lo imposible como posible, lo pictórico como pensamiento, expresión, liberación e independencia. Y no es en él solo, sino en casi todos los que están ahora en la lucha, como ellos dicen.
- Y además tiene esa explosión de color, de epifanía, de integridad narrativa que excita y seduce al mismo tiempo, que busca en el campo de la isla esos signos de vida y contradicción, de esfuerzo y fantasía, de júbilo sin alegría.
El acto de amor es lo más parecido
a un asesinato.
En la cama, en su terror gozoso, se trata de borrar
el alma del que está,
hombre o mujer,
debajo.
(Leopoldo María Panero).
- Me admira esta poesía constructora que añade, apila, organiza, contrasta, esquematiza, dinamiza, lo mismo mecaniza que monta un tinglado que armoniza con una ficción escénica, que infunde a lo negro un sentido conductor, y principalmente porque su visibilidad es lo que cuenta tanto como el hacerse visible, tal como decía Hegel.
- Tales geometrías no niegan lo fantástico e imaginativo sino que forman parte de un todo que se dota a sí mismo de una visión que fragua como un pathos de creatividad humana que siempre está ahí y nos pasamos las vida tratando de buscarlo. La vasca LAZKOZ quizá lo haya encontrado porque mira el entorno muy de cerca, sobre la base aparente de dos principios que no se rechazan, cada uno formula su convicción de acuerdo con el papel que le toca jugar.
- Sobre ese entramado podemos especular, esa es la ventaja y la virtud de este desarrollo que desde lo interior se va haciendo y formando hasta hallar el resultado final, que hay que leerlo como si fuese una geografía de que lo infinito también sabe servirse de un marco finito.
Amor mío, los árboles son falos que recuerdan al cielo lo
que fui,
y todo los hombres son monumentos de mi ruina.
(Leopoldo María Panero)
- Todo está en proceso de reubicación porque no hay nada acabado convenientemente y la imagen nos debe ayudar a desbaratarlo y volverlo a poner en pie. Pero es tal la inconformidad, el desaliento de una plasticidad que no infunde espíritu que lo mejor es mantenerla en tránsito o en una locura accidental.
- Si según el madrileño GIRALDA, estos habitáculos interiores son nuestro reflejo, ya es un paso decisivo entre lo imaginado sensorialmente y lo pintado, entre el lugar que no se asimila porque es innecesario y el que de forma subconsciente nos queda grabado como la huida de nosotros mismos. Demasiados objetos para vivir que prefieren el caos.
- Pues que es así, que esos objetos, útiles e inútiles, son los protagonistas de este inconmensurable expolio y de una invasión que acrecienta la perspectiva que se abre en esta obra, cuya fuerza temática no ha tocado fondo todavía, se ha quedado en una rebeldía corta y en un principio de subversión germinal.
Y sueño que he vivido y que me llamo de algún modo
y que este cuento es cierto, este
absurdo que delatan mis ojos,
este delirio en Veracruz, y que este
país es cierto, este lugar parecido al Infierno,
que llaman España, he oído
a los muertos que el Infierno
es mejor que esto y se parece más.
(Leopoldo María Panero)
- En esta mixtificación tan prolífica encontramos un Renacimiento del siglo XXI, con todo lo que eso significa de una recuperación y elogio de la pintura, del aroma decadente y al mismo tiempo soberbio en estructura narrativa, en la magia de esos espacios intemporales que se fusionan, en los mitos y leyendas que se entrecruzan y renacen con otra tesitura.
- El portugués PENA es un aplicado artista que no ha perdido el sentido de la imagen, de lo que ella en cada momento puede dar de sí, al contrario, en su obra desata miles de opciones y versiones, imaginerías e historias, de tiempos idos, presentes y venideros. Alberga todos los tonos, todas las luces, ensambla lo vivo y lo muerto, lo apocalíptico, lo cruel y hasta lo erótico y placentero.
- Para él su misión es proyectar una metafísica de la pintura, la misma que debe de estar vigente siempre y que no debe estar constantemente sujeta a debates sobre su viabilidad, sobre sus posibilidades, su agotamiento y sustitución. Todas estas piezas avalan la plasticidad y un horizonte que sigue siendo tan extenso como antes.
Yo soñé con tocar la tristeza viscosa del mundo
en el desencantado borde de una ciénaga absurda
yo soñé un agua turbia donde reencontraría
el camino perdido de tu ano profundo;
(Leopoldo María Panero)
- Dice Andrea Pinotti que es fundamental que la imagen pictórica se ofrezca a la mirada y que esta mirada interactúe con el resto de los sentidos en la captación del sentido de esa imagen. Muy cierto y más cuando estamos ante la obra de la artista portuguesa MORAIS.
- La vitalidad, reminiscencias y hallazgos de su trabajo no dejan lugar a dudas, por cuanto comprobamos que el acto de proyectar esa figuración es un gesto que trasciende la propia realidad exterior, se adentra en una realidad interior que se dota de una sensibilidad intensa hacia un pensamiento que ahora va a aparecer.
- Es la poética de una soledad acompañada que se desprende de esa coloración que se impone a través de una visibilidad que por sí misma nos infunde sensaciones soñadas cuando estamos despiertos y podemos acudir a ellas sin mayor amparo que nuestra placidez y nuestro silencio. En ella la verdad es una única verdad sin ismo ni discurso ni lectura programada o planificada.
Todo aquel que atraviesa el corredor del Miedo
llega fatalmente al Último Espejo
donde una mujer abrazada a tu esqueleto nos muestra
cara cara el infierno de los ojos sellados
de los ojos cerrados para siempre como en una máscara
de muerta representando en el más allá el teatro último:
así miré yo a los ojos que borraron mi alma
así he mirado yo un día que no existe en el Último Espejo.
(Leopoldo María Panero)
- Un artista sirio afincado en España como AL BACHA no puede dejar de estructurar en su imaginario visual la tragedia, el grito de los cadáveres, la oración en fila circular de los muertos, los cuerpos rotos y errabundos de su tierra, en el momento de su probable extinción.
- Con una sensibilidad aguda para captar las formas escultóricas que han sido santo y seña de nuestro siglo XX, ha elaborado una obra que se erige por sí misma en un portavoz epónimo de una cultura que ha decidido sobrevivir.
- La índole de esa temática humanitaria queda grabada en sus piezas de un modo pétreo, pero cediendo ante los vacíos y hendiduras que les han provocado los tormentos y la tortura, las heridas y las lesiones. Por donde están hay pasto de serpientes.
El suplicio de la noche y el suplicio del día
el suplicio de la realidad y el suplicio del sueño
despliegan ese movimiento que se ignora y al que otros
pudieron, no sé cómo, llamar vida, como una tortura
que desde lejos en la oscuridad pensara
un animal sin ojos con el alma dormida
soñando esta pesadilla.....
(Leopoldo María Panero)