- Todo está en proceso de reubicación porque no hay nada acabado convenientemente y la imagen nos debe ayudar a desbaratarlo y volverlo a poner en pie. Pero es tal la inconformidad, el desaliento de una plasticidad que no infunde espíritu que lo mejor es mantenerla en tránsito o en una locura accidental.
- Si según el madrileño GIRALDA, estos habitáculos interiores son nuestro reflejo, ya es un paso decisivo entre lo imaginado sensorialmente y lo pintado, entre el lugar que no se asimila porque es innecesario y el que de forma subconsciente nos queda grabado como la huida de nosotros mismos. Demasiados objetos para vivir que prefieren el caos.
- Pues que es así, que esos objetos, útiles e inútiles, son los protagonistas de este inconmensurable expolio y de una invasión que acrecienta la perspectiva que se abre en esta obra, cuya fuerza temática no ha tocado fondo todavía, se ha quedado en una rebeldía corta y en un principio de subversión germinal.
Y sueño que he vivido y que me llamo de algún modo
y que este cuento es cierto, este
absurdo que delatan mis ojos,
este delirio en Veracruz, y que este
país es cierto, este lugar parecido al Infierno,
que llaman España, he oído
a los muertos que el Infierno
es mejor que esto y se parece más.
(Leopoldo María Panero)
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