- En la pintura siempre un culto a la profanación gozosa, pero que no está tanto en ella como en la mirada del que queda preguntándose si ese es el destino correcto. El significante ya es sí mismo una irreverencia, magnífica eso sí, lo cual no es obstáculo para que el significado sea el que penetre y dé cuerpo al sentimiento y reflexión del espectador.
- SCOTT es un americano que celebra esa profanación a base de una memoria pictórica y estética que siempre ha existido, una referencia que no ha cesado y una consagración de un hacer plástico que es presente, pasado y futuro.
- Es irreverente porque él mismo y su obra son todo lo que no vemos hoy, todo lo que habíamos olvidado, todo el sentido de una significación que es discurso, texto, imagen y culminación máxima -simbolismos, sueños, mitos- de lo que materia cromática es capaz de seguir sintiendo y creando, estimulando y creciendo, evolucionando y mutando, mas sin perder un ápice de su auténtica identidad y vida.
- Y si has de llorar vertiendo las cenizas de tu sangre
- sobre las cenizas del empeño maltrecho y remoto,
- busca la soledad y ríndete en silencio.
(Gabriel Celaya).
- En toda obra hay una búsqueda del reconocimiento de la singularidad de la misma. Y con ella viene la innovación, la ruptura, la extravagancia, la idiosincrasia, el prodigio y hasta la maravilla y la excepcionalidad.
- Con la deformación, desfiguración, descomposición, mutación, simulación y el disfraz llegamos al horror, "a la conclusión de que es la propia realidad, cuando se pinta, cuando se mira, cuando se vive con ella, la que es terrorífica" (Arturo Leyte).
- SAGAZAN, nacido en el CONGO, practica una fusión de fotografía, escultura, pintura y perfomance, hasta alcanzar una transfiguración que no está muy lejos de las palabras de Hegel cuando afirmaba que el espíritu sólo conquista su verdad cuando es capaz de encontrarse a sí mismo en el absoluto desgarramiento.
- El arte ya no es belleza contra fealdad, bien contra mal, error contra acierto, verdad contra falsedad, sino que es todo ello y además la conversión del pan y vino en cuerpo y sangre, conceptuando al hombre como un mero sujeto que no sabe vivir, sentir y pensar sin él.
- Lo sabe sin saberlo, negándose a la vida,
- viviendo en otro mundo sin límites, creando
- con barro de la nada el cosmos de una sospecha que ignora.
(Dionisio Ridruejo).
- Lo dice John Berger: los artistas no pueden cambiar o hacer la historia, lo que más pueden hacer es despojarla de sus pretensiones. Y hay diferentes modos de hacerlo, entre los que se incluye el de mostrar la crueldad existente.
- En estas obras del holandés EIJKES todo el cuerpo debe concentrarse en el ojo. El ojo debe ser el delegado del cuerpo para que la visión resulte devoradora (M. Dufrenne).
- El ojo selecciona, rechaza, organiza, discrimina, asocia, clasifica, analiza, construye...Nada se ve desnudo (Nelson Goldman). Entonces ¿podría la representación pictórica ser reducida, en algunos casos, a un juego de sustituciones basado en la reciprocidad del significante y del significado (Damisch).
- Están así los hombres
- con sus manos fabriles o bien sólo dolientes,
- con manos que a la postre no sé para qué sirven.
(Gabriel Celaya).
- El propio y gran autor, BERGER, británico, que es además crítico de arte, escritor, pintor y dibujante, considera que dibujar, el reto que plantea el dibujo, es mostrar esto, hacer visible en el papel o en la superficie del dibujo no sólo cosas discretas, reconocibles, sino también mostrar hasta qué punto lo que se extiende es una sustancia, que acosa al acto de dibujar. Las líneas de un dibujo son tensas, acosadas. Quien dibuja está solo en lo infinitamente extenso.
- Por eso, en ese proceso tiene lugar una conjura de apremios que quieren forzar el desarrollo y el dinamismo de lo que va saliendo en múltiples direcciones, algunas concretas porque tienen la obligación de explicar lo hallado, otras indeterminadas porque consideran que hay entelequias que no deben someterse.
- El artista, en estas singladuras ancestrales, parte de esas premisas para obtener las líneas espirituales de un misterio que es la fundamentación del campo de lo artístico, sin él no existiría éste y sin éste el ser humano probablemente estaría mutilado de un hacer que le hace confrontar y enaltecer.
- Del fondo de los sótanos; de las siniestras galerías de las minas,
- brotaron seres atónitos, cuajados de espanto,
- esgrimiendo su desesperación al firmamento.
(Victoriano Cremer).
- En estas obras el artista brasileño multimedia, ZERBINI, nos ofrece un amplio panorama topográfico enfocado como una visión entre lo edénico, lo posible y lo letal presentido, que se proyecta como una realidad simulada pero no incierta. La multiplicación de la vida en esos espacios, esa naturaleza radiante, no es una antítesis sino, tratándose de Brasil, de una leyenda que está entera y suscrita al entendimiento final de las cosas.
- ¿Son ausencias o presencias o ambas a la vez? Decía John Berger que la función de la pintura es llenar una ausencia con el simulacro de una presencia, es decir, contradecir las leyes que gobiernan lo visible: hacer ver lo que no está presente.
- Sin embargo, para el espectador, en estos casos, cuenta más la presencia, puede adentrarse en ella y seguir contemplándola con una imaginación que busca esa riqueza como si todavía estuviese virgen, que no lo está, y no necesitase más que servir de esencia intocable e imperecedera.
- Tu cuerpo sosteniendo, alimentando
- la esperanza del hombre de tu especie
- apretado a la sombra de tu paso.
(Victoriano Cremer).
- No vamos a descubrir a estas alturas que FEITO es uno de nuestros más grandes pintores del siglo XX. Ni tampoco que estas obras, expuestas actualmente en la galería Fernández-Braso, son lo más emblemático de su trabajo creativo, razón por la que nunca es posible dejar de mirarlas.
- Pero sí que la singladura de este artista es uno de los ejemplos más obvios de esa paradoja de la pintura que invita al espectador a pasar a su habitación para contemplar el mundo que se extiende más allá (John Berger).
- Él supo intuir ese mundo, captarlo en toda su dimensión, hacerlo ilimitado a pesar de sus aparentes simulacros de sinopsis y conferirle unas coloraciones que son rostros de la luz, la misma sin la cual no podríamos vivir.
- Incluso podríamos tomarnos la licencia de sugerir que es como esa pintura tonal descrita por Gillo Dorfles, cuya función no es respetar o copiar una atmósfera, sino inventarla, crearla ex novo. Un universo atmosférico que baña las cosas, la naturaleza circundante.
- Porque sucede que la verdad es una vieja aletargada
- como un oscuro sapo al sol. Que la justicia es dueña zurcidora,
- y la hermosura un inefable don, lejos del hombre;
- tal una estrella, asomada a un pozo profundísimo.
(Victoriano Cremer).
- Si las pinturas son estáticas, la noruega GULSETT se la ha ingeniado para que el movimiento se adhiera a la superficie y a la mirada del espectador. Si la imagen permanece intacta una vez colgada, dentro del marco se altera y moviliza para cumplir un destino que corre a la misma velocidad que el tiempo del observador.
- Es una realidad que intranquiliza no sólo por el hecho de su dinamismo sino por lo que ese proceso va gestando, hasta reconocer que lo que pulgada a pulgada va deslizando, pululando, transitando crea unas fuerzas fantasmagóricas poderosas e incluso aterradoras.
- Las sombras son el clima que acompaña estas soledades como fuente de su movilidad, se ven como agentes de un hado cuyo misterio no es tal, pues no es lo resucitado sino lo muerto o lo que ya tiene confirmado ese color en el tiempo que le queda.
- Porque sucede que la tierra es un destartalado cementerio
- donde almacena el hombre sus muertos inservibles;
- porque los muertos válidos, los elocuentes muertos,
- se hacen junto a las tapias o en las hondas cunetas solitarias.
(Victoriano Cremer).