- No vamos a descubrir a estas alturas que FEITO es uno de nuestros más grandes pintores del siglo XX. Ni tampoco que estas obras, expuestas actualmente en la galería Fernández-Braso, son lo más emblemático de su trabajo creativo, razón por la que nunca es posible dejar de mirarlas.
- Pero sí que la singladura de este artista es uno de los ejemplos más obvios de esa paradoja de la pintura que invita al espectador a pasar a su habitación para contemplar el mundo que se extiende más allá (John Berger).
- Él supo intuir ese mundo, captarlo en toda su dimensión, hacerlo ilimitado a pesar de sus aparentes simulacros de sinopsis y conferirle unas coloraciones que son rostros de la luz, la misma sin la cual no podríamos vivir.
- Incluso podríamos tomarnos la licencia de sugerir que es como esa pintura tonal descrita por Gillo Dorfles, cuya función no es respetar o copiar una atmósfera, sino inventarla, crearla ex novo. Un universo atmosférico que baña las cosas, la naturaleza circundante.
- Porque sucede que la verdad es una vieja aletargada
- como un oscuro sapo al sol. Que la justicia es dueña zurcidora,
- y la hermosura un inefable don, lejos del hombre;
- tal una estrella, asomada a un pozo profundísimo.
(Victoriano Cremer).
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