- Si cualquier cosa puede ser arte, es inútil seguir produciendo obras de arte. Sin embargo, la obra del cubano SALVÓ proclama que no todo es arte y que merece la pena seguir construyéndose, a la par que creándose, una constelación que configure macrocosmos pictóricos de ecos múltiples.
- Si partimos de la base de que la pintura es inagotable, el autor la hace todavía más dado que es un lenguaje del que él cada día toma una nueva dimensión, desde una histórica hasta otra plástica, desde una social hasta otra clásica, desde una política hasta otra religiosa.
- No deja de plantear perspectivas, variables representativas, diversos enfoques, complejas estructuraciones en la configuración de un quehacer integrado que continuamente bucea en las calidades cromáticas, en los planos, en los encuadres, en la delineación prodigiosa y combinatoria de distintos niveles.
- Son trabajos denotativos y connotativos -hechos y magia- de una historia de la pintura, del arte, que señalan una persistencia renovadora, de un enriquecimiento merced a acontecimientos, procedimientos y talentos. Quizás en el mundo artístico sorprendan estos rescates que son pura fruición creativa, una consumación tan singular como sintáctica, y una extractada producción que se ha venido sucediendo mucho tiempo entre la aclamación y la penumbra.
- Todos los de hoy no estaremos mañana, por ellos trata de reflejar,
- inmortalizar lo más puro, la esencia de cada hombre.