- Flusser identifica el gesto de pintar con un momento de autoanálisis. Otros dicen que cada pintura nace de un conflicto entre fuerzas opuestas.
- Kandinsky habla de una figura que ha interiorizado su propia tensión. Por lo tanto, podría argumentarse que si su naturaleza consiste en ejcutar su propia necesidad, es que entramos en un ámbito de afirmación de lo visible que nos rodea y que continuamente está pareciendo y desapareciendo.
- Tal repertorio de jadeos y resuellos se ofrecen como excusa a propósito de la obra del asturiano MELQUIADES ÁLVAREZ, al que cabría aplicar lo que declaraba John Berger:
- "El pintor, en su soledad, sabe que lejos de ser capaz de controlar el cuadro desde fuera, tiene que habitarlo, dejar que éste le cobije".
- En consecuencia, en ellos vemos muros en los que se reflejan poesía y angustia, esperanza y melancolía, paisajes fantasmales que son nuestra textura y horizontes que son nuestro reverso. No hay difuminación que valga ni explique, son visiones que sangran la noche y el día, los instantes de lucidez y las ansias de creación y vida.
- Donde el verano es frescura
- Verano es tu prebenda blanca
- Herbácea que pulula por los hemisferios
- Fuerte
- Maleable
- Dura.
(José Luis Álvarez Vélez).
- Alguien afirmó que el arte no quiere decir nada; el arte dice, y la manera de decir es no extraviar nunca el enigma del arte verdadero.
- El del español LORENZO, que perteneció al Grupo de Cuenca, pide un tono y que mi propia subjetividad no esté enfrentada.
- En su obra no hay gesto, hay una travesía, un filón experto en articular y construir. Unos planos estructurados entre perímetros, recorridos, pistas, vueltas, un modo de escritura, en definitiva, cargado de significación y que marca un trayecto que coincide con el destino de la mirada.
- Pintura y escultura se hermanan, revisten su lenguaje en una misma superficie, se confieren formas y colores, luces y sombras, materiales y pigmentos. Y, señalando los análisis de las fronteras plásticas, se anuncian jubilosas bajo un mismo entorno, que destila un son armonioso, cálido, sensual, sereno y contento. Sería el encuentro final en un espacio simbólico en el que vivir.
- La muerte, en fin, es esa
- mancha en el muro que una
- tarde hemos mirado, sin saberlo,
- con un poco de terror.
- (Eliseo Diego).
- Enterramos sueños y fantasías, visiones terriblemente cegadas, cúmulos de gestos que estaban vivos sin saberlo, monstruos de nosotros mismos fabricantes de materias efímeras y malditas.
- Entonces, mientras hacemos que existimos, sucede lo imprevisto: el anhelo por cobrar vida de lo tapado, de lo inhumado y soterrado.
- El cubano VLADIMIR RODRÍGUEZ, en su instalación "Bestiario", expuesta en la Casa Benito Juárez de La Habana, nos concede las imágenes de un inmenso poema que ha intercambiado palabras por huesos, verbos por fósiles exhumados como reliquias en su altar.
- Si la mirada queda transmutada, es por una reacción a las formas de unos vestigios que han madurado bajo tierra, la han poblado y habitado con la ficción de su morfología, sus ansias de armonía, de arraigo y afirmación sobre lo humano, pútrido y miserable.
- Ya entienden que su estética es su rumbo de vida, que la conformación y articulación muestran casi todo, que aparentar un descanso eterno es lo que transfieren para seguir construyendo su fisonomía de futuro.
- Bajo ese mandato, el artista, hábil transformador de espacios y tiempos, canaliza la creatividad que entronca con tantos enigmas como destinos, tantos trayectos como radiantes cimentaciones de cortejos ilustres y erupciones.
- Un paraíso está ileso.
- Adoración, embeleso.
(Jorge Guillén).
- Me fui a la isla y me vine con ella en la luz y la memoria. Pero no sólo con ella, ni mucho menos. Está ese uno que ha sido él y lo que de él emana. Un fenómeno sin paliativos y herido de sombras que pagan el peaje de la vida con sus fantasmas.
- ¿De qué nos sirven el conceptualismo, la deconstrucción, el arte efímero, las acciones plásticas de quito y pongo? Solamente el ver la obra del cubano JOSÉ LUIS FARIÑAS lo borra todo hasta quedarse un instante y un vacío que modifican la trascendencia del yo y su inclusión en el hemisferio que nos vaya a tocar de la oscuridad.
- Esa inmanencia e inmensidad pictóricas, esa totalidad sacralizadora, desde las cuales la integridad temporal deja de transcurrir, te traslada a un ser y estar más allá incluso de lo que consideramos el principio y el final, es arribar a un fondo, hermoso, hermosísimo, de una ubicación en que nos mutamos, en que somos una genealogía infinita de otra confluencia.
- Entonces, ahora y en la hora, no puede haber un silencio cómplice en un pensamiento alimentado por estas vivencias y realidades que determinan un hacer artístico. La eclosión estética de este quehacer es insistituible ayer, hoy y mañana. Estará siempre buscándonos como una perennidad que no ceja, pues esa visión "milenarista" formará parte del discurso ontológico de una realización maravillosa.
- Por tanto, comoquiera que el trabajo de JOSÉ LUIS no permite irse por los márgenes, ni remitirse a significaciones que se remontan a otras semánticas, ni andarse por las ramas, ni brincar a través de ellas, es por lo que se entra de lleno en una representación que abarca el todo por el todo, el espanto y la gloria, la plegaria y el amor por el infierno, la desnudez y el magnífico desamparo. Y en todo sus enfoques la alegoría es concluyente, no valen tópicos que comulguen con el signo, lo que tiene auténtico hechizo es el esplendor de un conocimiento creativo sin parangón.
- Ya dije en un primer "post" que le dediqué, que hay mundos que cuando se abren no hay fuerzas posibles que puedan volver a cerrarlos. También, como adición y sin supuración de solemnidad, cabría hablar de un imaginario isleño de pura sublimación, de contra utopías que culminan en océanos videntes y visionarios, en delirios ensamblados para miradas absolutas, jamás presas de un ansia de fuga aliviada.
- Son ámbitos desmesurados para transfigurar desde un Malecón que resume la virtud de un testamento depositado en la eternidad como un testigo invicto, como la muestra del genio que conquista lo real e irreal de lo secreto.
- Entre dos vidas próximas no hay más que algún abismo.
- Tras el perfecto acorde la disonancia embiste,
- Y llega a un paroxismo
- Que ha de absorber, por fin, la luz del día.
(Jorge Guillén).
- ¡A escena!, todo está ya listo, las luces encendidas, las pantallas enardecidas, las columnas lúcidas.
- El completo aparato lumínico, técnico, cibernético se ofrece en toda su grandeza, dominando cada centímetro de espacio, expandiéndose más allá del mismo, consagrándose a proyectar la visión por encima de nuestras latitudes visuales.
- Para el francés de origen húngaro SCHÖFFER no hay obstáculos en lo que se refiere a una concepción del arte que debe absorber lo científico, configurarlo con lo estético y entrocarlo con lo que es la magia del futuro.
- Quiere demostrar que el próximo entorno, hábitat, nuestros cercanos cosmos y microcosmos han de responder a estos desafíos porque será el modo de sostener la vida, ejercerán la función de catalizadores de una existencia ubicada dentro de parámetros que ahora nos parecen suprarreales.
- La culminación de esta obra contiene dosis de espectacularidad e impacto, sin restar un ápice a su categorización racionalista, ordenada, fusionada con la óptica de la necesidad y del arte, de la energía vital y lo que la soporta. Son alianzas que nos sirven y marcan lo que tendrán de vestigios.
- Heme ante la realidad
- Cara a cara. No me escondo,
- Sigo en mis trece. Ni cedo
- Ni cederé, siempre atónito.
- (Jorge Guillén).
- Respecto a la proliferación hay que quedarse corto, sin dudarlo y evidenciándolo, lo mismo que cuando el espacio se lamenta de la penuria pictórica. De haber aptitudes, que marquen bien el territorio y éste se asuma, así como lo hace el hispano-cubano ALARCÓN ECHENIQUE.
- Para su exposición en la galería de la Asociación de Veteranos de Iberia en Madrid, C/Fuencarral, 101, 1º, la obra es todo lo contrario de una dejadez sintáctica, cabalga llena, casi saturada, toma prismas de aquí y de allá, agudiza la perspectiva, revoca lo vacío y lo ocupa con la transmigración de los signos y huellas de una vida dedicada al arte.
- Decía Taine que las grandes obras son la resultante de tres fuerzas: el medio (lo teóricamente más importante), el momento y la raza. Nietzsche sustituía esta última por la moda. Mas en el caso de la propuesta de este artista prefiero, sobre la cita anterior, resaltar la presencia de un clamor que permanecerá siempre presente en la obra de arte, hará con ella el modo de una comunicación, de una lectura basada en la amplitud y números de niveles, una audacia y sapiencia plástica para montar los retratos múltiples de un tiempo de ahora y de mañana.
- Dando seguridades sin las tretas de la mentira, está, repetimos, el pasado, el presente, la memoria, los iconos abiertos de una vivencia incapaz de no acercarse a su realidad para hacerla vivir. Está todo. Y seguirá sumando y siguiendo, la visión estética no se cansa de ser eterna.
- No es una recomendación, pero no se la pierdan. En C/Fuencarral, 101, 1º.
- ¿Qué hacer con tantas imágenes en las que se cuelan, jubilosas, la intriga, la desolación, el abismo y el horror? Hay mundos que cuando se abren no hay fuerzas posibles que puedan volver a cerrarlos. Ni imposibles.
- Al artista cubano FARIÑAS, también poeta, lo milenario le sirve de mesa y frontón, y para ir apurando, en esa fluidez exquisita, una evocación visual de lo apocalíptico, lo que cuando estamos con la vena desolada creemos que rodea el destino tenebroso de nuestra desdichada naturaleza.
- Siendo una obra que se propone que la mirada vea, contemple y se convenza; siendo una realidad que no necesita más incertidumbre; y siendo una conflagración entre vida y ultratumba, la cual se produce, ya solamente cabe un adiós a la espera y a la sangrienta negación.
- Entre una imaginación plástica desbordante y una ejecución vigorosa, que no admite una imperfección que no esté besada por la perfección, la aventura se encamina por unos derroteros que no parecen tener fin u otro fin. Menos mal que hay hecatombes que de tan mágicamente levantadas son visiones que nos ayudan a sentir, comprender y suspirar.
- Aunque sea un ilustrador además, su sabiduría en todo lo que toca radica en el hecho de reencontrar las fuentes de un simbolismo que creíamos perdido, de una representación que la memoria había enterrado porque eran fronteras no susceptibles de violar. Él nos revela que no es cierto, que el inframundo está ahí y quiere estar presente, más vivo y real que nunca, pleno de hermosas alucinaciones a la hora de un viaje con un espíritu adúltero y en alianza con lo oscuro y su cielo. Y para mayor gracia, reparte invitaciones gratuitas de visita.
- Si las puertas de la percepción se depurasen,
- todo aparecería a los hombres como realmente es: infinito.
- Pero el hombre se ha encerrado en su mísmo hasta ver
- todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna.
- (William Blake).