- Respecto a la proliferación hay que quedarse corto, sin dudarlo y evidenciándolo, lo mismo que cuando el espacio se lamenta de la penuria pictórica. De haber aptitudes, que marquen bien el territorio y éste se asuma, así como lo hace el hispano-cubano ALARCÓN ECHENIQUE.
- Para su exposición en la galería de la Asociación de Veteranos de Iberia en Madrid, C/Fuencarral, 101, 1º, la obra es todo lo contrario de una dejadez sintáctica, cabalga llena, casi saturada, toma prismas de aquí y de allá, agudiza la perspectiva, revoca lo vacío y lo ocupa con la transmigración de los signos y huellas de una vida dedicada al arte.
- Decía Taine que las grandes obras son la resultante de tres fuerzas: el medio (lo teóricamente más importante), el momento y la raza. Nietzsche sustituía esta última por la moda. Mas en el caso de la propuesta de este artista prefiero, sobre la cita anterior, resaltar la presencia de un clamor que permanecerá siempre presente en la obra de arte, hará con ella el modo de una comunicación, de una lectura basada en la amplitud y números de niveles, una audacia y sapiencia plástica para montar los retratos múltiples de un tiempo de ahora y de mañana.
- Dando seguridades sin las tretas de la mentira, está, repetimos, el pasado, el presente, la memoria, los iconos abiertos de una vivencia incapaz de no acercarse a su realidad para hacerla vivir. Está todo. Y seguirá sumando y siguiendo, la visión estética no se cansa de ser eterna.
- No es una recomendación, pero no se la pierdan. En C/Fuencarral, 101, 1º.
- ¿Qué hacer con tantas imágenes en las que se cuelan, jubilosas, la intriga, la desolación, el abismo y el horror? Hay mundos que cuando se abren no hay fuerzas posibles que puedan volver a cerrarlos. Ni imposibles.
- Al artista cubano FARIÑAS, también poeta, lo milenario le sirve de mesa y frontón, y para ir apurando, en esa fluidez exquisita, una evocación visual de lo apocalíptico, lo que cuando estamos con la vena desolada creemos que rodea el destino tenebroso de nuestra desdichada naturaleza.
- Siendo una obra que se propone que la mirada vea, contemple y se convenza; siendo una realidad que no necesita más incertidumbre; y siendo una conflagración entre vida y ultratumba, la cual se produce, ya solamente cabe un adiós a la espera y a la sangrienta negación.
- Entre una imaginación plástica desbordante y una ejecución vigorosa, que no admite una imperfección que no esté besada por la perfección, la aventura se encamina por unos derroteros que no parecen tener fin u otro fin. Menos mal que hay hecatombes que de tan mágicamente levantadas son visiones que nos ayudan a sentir, comprender y suspirar.
- Aunque sea un ilustrador además, su sabiduría en todo lo que toca radica en el hecho de reencontrar las fuentes de un simbolismo que creíamos perdido, de una representación que la memoria había enterrado porque eran fronteras no susceptibles de violar. Él nos revela que no es cierto, que el inframundo está ahí y quiere estar presente, más vivo y real que nunca, pleno de hermosas alucinaciones a la hora de un viaje con un espíritu adúltero y en alianza con lo oscuro y su cielo. Y para mayor gracia, reparte invitaciones gratuitas de visita.
- Si las puertas de la percepción se depurasen,
- todo aparecería a los hombres como realmente es: infinito.
- Pero el hombre se ha encerrado en su mísmo hasta ver
- todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna.
- (William Blake).
- La primera vez que vi una de estas obra en el Museo de Bellas Artes de Oviedo, me quedé absorto y detecté que algo, de súbito, empezaba a ser otro. Un latido, quizás, a golpe de imagen, un silencio acompañando y una incógnita de alameda abisal (¿o son extraños coleópteros enmascarados por la belleza del cortejo?).
- Ramajes y flores hilvanan su reverso y desde oriente arriban a la búsqueda de su don -sin saber que no les hace falta-, ya que ahora son sombra de nombres adivinados, de vidas bajo la protección de la poesía de hilaturas brumosas que chorrean en su fluir lento, muy lento, casi tanto como el transcurso de un sacrificio de resurrección.
- No hay competencia entre plástica y vida, hay contabilidad de fibras que deshilachar y después volver a tejer. En esas secuencias, tanto sumergidas como aleteando, la asturiana KELY trenza una levedad, un balbuceo de voz en el viento.
- Y citando libremente a Guillén, diríamos que son fuentes que derrochan un manantial perpetuo con sus apariciones diamantinas. Por tanto, visibilidad que tiene la encarnadura de una naturaleza que a pesar de su negrura gris anhela siempre vestirse de gala.
- Señalaba al principio que algo había pasado a ser otro, por eso mi mirada registró el acontecimiento como lo que siendo único e instantáneo en ese momento no se desdobla, no se aleja, retorna para marcar, dibujar una raíz honda, una escena entera, un caleidoscopio que depura lo físico, lo esencializa hasta cubrirlo de crisálidas nocturnas gravitando en temblores de espuma.
- Estamos ante un trabajo que ha disfrutado del tiempo de la lírica, que es una exaltación de la tierra con otro son, con la memoria que acumula y persiste en la mirada como otra insondable encrucijada.
- Sensor de aguas claras
- Te necesitamos,
- Donde tú habitas hay riqueza,
- Manos entrelazadas, sueltas
- A ritmo del caminar.
- (José Luis Álvarez Vélez).
- Todavía recuerdo, de joven en Oviedo, la inconmensurable impresión que me dejó la obra del asturiano JAIME HERRERO. Fue un auténtico impacto y me quedó como aquello a lo que se refería Malraux cuando sostenía que toda obra de arte, en suma, tiende a convertirse en mito.
- Y si es cierto que cualquier creación está hecha a partir del gozo, incluso en el caso de que la melancolía, la duda y la angustia precedan al sentimiento de entusiasmo por haberlo conseguido (Denis Huisman), lo obvio y patente es que el artista, en la realización de su trabajo, no llegaría al final mientras que las pugnas y combates consigo mismo, con sus verdades y mentiras, con sus experiencias y vivencias, no consiguiesen el encuentro deseado, el que impulsa el trazo, la mancha, la deconstrucción a construir, la rabia, el brochazo en ese último momento de determinación.
- En esas mil cobras que bailan, los fetos de formas antropomorfas se tiñen con la pasión vital y su contexto, expresan y acentúan un espíritu de fuego. Después, ya en otra fase posterior, son sueños negros que se vuelven semejante a su sombra.
- HERRERO es un urdidor de dramas y hasta de farsas con unos atributos pictóricos excepcionales, que denotan un sentido personal e intransferible de la plástica de su tiempo, un entoldado lúgubre de existencias aferradas a la pesadumbre de espacios grises.
- Además de que será siempre una muestra de una voluntad clarificadora de intenciones y fines, de imaginarios abiertos a la visita y al acercamiento, de sentimientos y emociones ligados íntimamente a la ordenación de un mundo pictórico a compartir, a pulsar y a seguir en sus ineludibles y necesarias manifestaciones.
- Nada al fin. Y en el pecho,
- Una angustia común
- A todos, reunidos a orillas de la nada.
- Este mundo del hombre está mal hecho.
- (Jorge Guillén).
- La diversidad de formas en el espacio alcanza lo absoluto, constante que ya no nos asombra, cohabitamos con ella tal que si fuese un axioma. Y su geometría es esa capacidad para reinventar fórmulas imprevisibles, inagotables y fecundas.
- Lo demuestra el italiano LARDERA con su obra elocuente, de formatos grandes, que plantada en la dimensión que le es propia nos permite acceder a un cosmos premeditadamente planificado.
- Los acoplamientos y ensamblajes, las junturas muestran una pureza de líneas de todos los pelajes, caben sinuosidades, huecos, concavidades, senos, curvas, lo ortogonal, hasta cerrar un periplo que podemos catalogar de filigrana óptica y física, que busca obtener de nuestra mirada la expresión de un pensamiento reestructurador de su precaria finitud.
- Es una propuesta plástica que no alardea en vano, en la que subyace una cimentación sólida, de equilibrio y magnitud serenos y persistentes, que reposan la concentración de esfuerzos y convicciones.
- Y la noche está ahí -bajo el inmenso
- Futuro, de temblor tan inmediato.
- (Jorge Guillén).
- ¿Ha de liberarse el acto creador de todas las influencias del entorno y del propio pasado para garantizar la autenticidad de la obra? Esta pregunta que se hicieron algunos es ir demasiado lejos, es incurrir en una posición dogmática imposible.
- Se insiste en que hay que reinventar la pintura porque los medios existentes se han vuelto insuficientes frente a las realidades nuevas. Tampoco es cierto, porque la verdadera pintura es una nueva propuesta en cada momento, en cada ciclo, ni siquiera las similitudes tienen una correlación estricta, son frecuentemente consaguinidades contrapuestas.
- En el caso del danés SONDEBORG, su informalismo tiene la factura de mil demonios negros en movimiento, bailando sobre el blanco de la totalidad y vertiendo el rojo de una sangre no coagulada. Pintura esta que, como en palabras de Millares, es un suicidio constante y un continuo nacimiento.
- Y de pronto, de esa dinámica incontrolable, surge una pareja helada que se ama entre tinieblas, aunque el artista se apiada y las alumbra antes de volver a encerrarlas.
- El rojo cadmio y la naranja me dan la calidez
- Del primario y secundario,
- Tocan al color negro, neutro,
- Un poco de amarillo delimita
- Trastocando su línea homogénea,
- Que al desplazar con gesto, la pincelada inserta
- Y hace verde pardo.
- Los laterales están saturados de gris claro.
- (José Luis Álvarez Vélez).
- Si la pintura fuese un modo de existir (Pollock), el alemán PIENE, que perteneció al Grupo Zero, nos condenaría de por vida, a través de su obra, a una luz del desierto. Y si es un modo de concebir, es mediante el humo y del fuego como conoceríamos la índole de nuestra sustancia.
- Realización plástica y concepción idealista implica una transfusión mutua, es la luz la que fija y determina, la que lleva a una liberación total para reinventar el arte (Fautrier).
- Es una singladura, evidentemente, en que la disolución y depuración crean una dimensión visual a la que entregarnos, en la que envolvernos, con la que explayarnos. Su intensidad ampara la nuestra, recoge el halo y lo expansiona hasta constituirlo finalmente como la esfera, como el anillo, como el círculo luminoso donde mostrar la emoción de la visión.
- Del carbón que tizna la tela de la pulcritud
- Surgen formas, bato el color,
- Negro humo, marfil y azul ultramar,
- Con el rodillo voy a por el trazo,
- Tu línea es transversal.
- (José Luis Álvarez Vélez).