NURIA TORRES (1976) / SE QUEDAN DONDE ESTÁN
Decía Argan que a través de algunos procesos del arte moderno, que generalmente se consideran destructivos o de abierta revolución, se puede llegar a la recuperación de valores que indudablemente pertenecen a la tradición.
La catalana TORRES juega en sus esculturas con esa ambivalencia, la cual las transforma intencionadamente en presencias cuyo germen material y formal se nos aparece como desconocido.
Pulidas con una piel transparente resitúan lo plástico en una conmoción visual y táctil que hace poderosa su magia secreta y escondida.
Díceme vuesa merced que en su casa no entran hombres, y entran frailes.
(Quevedo)
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