- Ya es tópicamente repetido el que en las reformulaciones de lo artístico se busque siempre y en todo momento lo sorprendente, lo asombroso, incluso lo espectacular y aparatoso, porque es lo que supuestamente supone una ruptura con lo habitual.
- Pero cuando nos encontramos con una obra como la del cubano GONZÁLEZ ACOSTA podemos asegurar que la mirada empieza a manar, tal como lo expresaba Claudio Rodríguez en su poema, es una fuente de rica vena, mi única salvación, la que sella y graba.
- La potencia, eficiencia y magnetismo de su dibujo nos fuerza a pensar el disfrute de lo que es y no es, de lo que significa y no se percibe, de lo visto y no entrevisto, de lo que se entiende y no se comprende, de la magia y una realidad absorta que se da a vida a sí misma.
¿Por qué entonces te alejas
sin un adiós ni asomo de amargura?
¿Por qué sin más te dejas
morir, si no hay locura
mayor que irse a dormir con sombras viejas?
(Eliseo Diego)
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