- La madrileña INSERTIS, en una parte de su pintura, instala como maquetas de lugares visionarios, aunque amparados en las pirámides milenarias o en laberintos crepusculares. Los seres reducidos son los arquitectos de un estilo de vida basado en la geometría y en la forma.
- Pero en otras ocasiones la oscuridad es plena y la perspectiva nos muestra a una pequeñísima figura andando en ese recinto de soledad y negrura. Son como arcanos de lo oculto que guardan el misterio que el espacio desnudo posee. En ambos casos resuena una metafísica del silencio y el murmullo de un abismo ávido de la plástica.
- En conjunto la obra registra una variedad formal y significante de alternativas que no quedarán desnudas de significados de cara al observador, que encontrará en ellas la fusión de lo simétrico cono lo asimétrico.
Denme un vago amor de lo que nunca tendré,
No quiero gozo ni dolor, no quiero vida ni ley.
(Fernando Pessoa)
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