- El americano DUBINSKY se decanta por ilustrar el espacio envolviéndolo en telarañas metálicas o de madera que dejan escapar entre sus hilos un vacío que al final, en la culminación, desarrolla la cualidad formal que le significa.
- Son estructuras que parece volar, moverse en el cosmos como entes que se envanecen de su ligereza, de su constitución aérea, de la visión que suscitan jugando con la mirada, confundiendo la solución con la permanente interrogación.
- Si hemos de tomar el conjunto de la obra en sus propios términos sin hacer referencias historicistas o sus equivalencias, podríamos solventar el asunto con una invocación a la claridad conceptual y estética por parte del autor. El resto hemos de ponerlo los espectadores.
frecuento esta osadía fantástica
que no termina en la esperanza
ni es otra cosa que el absurdo de los días sin rostro.
(Odalys Hernández)
No hay comentarios:
Publicar un comentario