5 de febrero de 2017

MARISA MERZ (1931) /¡Oh, QUÉ DULCE PERSPECTIVA!

  •  Imagínense ese grupo de mujeres aguardando al artista en el lecho mientras él se quedaba en el despacho  buscando todos los puntos de puga de la perspectiva, hasta que una de ellas lo llamaba para que se fuera a la cama, a lo que él replicaba: ¡Oh, qué dulce perspectiva!
  •  Por tanto, los distintos rostros de la italiana MERX es el fruto de una búsqueda entre lo clásico y el futuro, en que nada es menos real que el realismo, tal como apuntaba Georgia O´keefe. Sólo por medio de la elección, la omisión y la acentuación avanzaremos hacia el verdadero significado de las cosas.  
  •  Por lo tanto, tal y como afirmaba Paul Klee, "el arte no reproduce lo visible, sino que visualiza", y es entonces, cuando en ese impulso, las dimensiones no paran de desarrollar análisis que conducen a lo vital, a lo imprevisto, a lo inesperado, a una realidad material que da vida a la obra, la que al llegar a ser única emite su significado y discurso sobre la razón y la causa.        
  • Sus rostros son epítomes que lucharon por ser lo que son, por mostrarse como son, por representar lo que son, por quitarse la máscara, porque su belleza al desnudo sea firme, dura, ataviada con el ardor guerrero del que han logrado resurgir acabando la sumisión, la debilidad y invisibilidad.      
Quiénes somos
qué pasa
qué extraña historia es ésta
por qué la soportamos
si es a nuestra costa
por qué no soportamos
por qué hacemos el juego.
(Idea Vilariño)

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