23 de junio de 2016

WALTER OLTMANN (1960) / LA TEMPLANZA DE LO ETERNO

  •  Es difícil explicar estos saltos sobre el abismo que hay entre vida y arte, entre muerte y estética, si no es por el talento excepcional del artista, por su visión poderosa y por su prodigiosa habilidad para materializar la intangibilidad del objeto.  
  •  Por ello, el sudafricano OLTMANN persigue a través de la frontera entre creación y biología, un infinito que se quede representado como vivencia plástica que, a pesar de su estricta metodología, libere una fuerza irracional que al mismo tiempo que desvía complementa su plan. 
  • Aunque sus obras aparenten producir unas sensaciones mágicas y volátiles, en el fondo éstas están despiertas y empeñadas en no desaparecer, en abordarnos como un ideario de la huella visual que nunca se pierde.   

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