6 de febrero de 2016

WAEL SHWKY (1971) / CORTEJO AL INFIERNO

  •  Grotescos y ridiculizados, no se les puede señalar y concebir de otra forma. Cierto que eran y siguen siendo ambiciosos, violentos, crueles, implacables, codiciosos y pervertidos. También que querían pasar por venerables, justos, altruistas y magnánimos.   
  •  Es ahora, merced a la conciencia histórica y visión del egipcio SHAWKY, cuando aparecen, con el acierto de una estética renovadora de la infamia, como fantasmas enanos en un desfile de sombras.
  •  Estamos ante una nueva convulsión artística que tiene supuestamente sus detractores, pero este fenómeno, religioso, esperpéntico, bárbaro, político, social, cultural,  es un acontecimiento en sí mismo, una vuelta de tuerca que hace del arte la máxima expresión de una realidad que no deja de sorprender y animar, de testimoniar y vilipendiar. 
El tributo impuesto por el Primer Mundo  a los países en vías de desarrollo es la diferencia  que hay entre la vida y la muerte para millones de personas (Mike Davis)

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