- Me permito calificar a mi amiga y gran artista madrileña, ROCÍO GUERRERO, como un auténtico monstruo plástico, quizás uno de los más inconmensurables del panorama artístico español actual.
- Castro Flórez nos habla y advierte de la pasión incorporal y furor casi religioso por el vacío en el arte contemporáneo. Esta artista, por el contrario, con esa magnífica y virtuosa intuición para el arte, le brinda un esqueleto y una carne a lo invisible -aunque creamos que lo estamos viendo-, a lo impalpable, a lo imponderable y a lo imperceptible.
- Hay un alma en esos cuerpos desnudos que no tenían, hay un pensamiento que se siente, hay una piel que nos abofetea con el paso del tiempo, con lo efímero de la belleza existencial, con lo que no querríamos ver pero sí admirar. Me puedo confundir al decir que, pese a su juventud, estamos una de las grandes artistas españolas de la actualidad, y con permiso de los pitufos que se extasían ante el fluido menstrual de una mofeta libertaria,
Los estrategas militares no palidecen y aseguran, con total sangre fría, que las las salvajes y malogradas ciudades del Tercer Mundo, especialmente sus área hiperdegradadas, serán el principal campo de batalla del siglo XXI
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