30 de noviembre de 2013

ÁNGEL RAMÍREZ ROQUE (1954) / ME VEO CON PACIENCIA


  •  Hay inmersión que afortunadamente siempre se sale de los cauces. Y de alguna forma la describe Valéry expresando que el mejor argumento consiste en que, de nueves veces sobre diez, toda gran novedad dentro de un orden se obtiene gracias a la intrusión de medios y nociones que no estaban allí previstos. 


  •  En la obra del cubano RAMÍREZ tal alegato es esencial para encontrar su significación. Porque la confusión reglada de todos los elementos que la componen bajo el signo del humor y el mensaje de que no existe revelación más profunda que la que uno se haga sobre sí mismo trabajando en la reverberación plástica que le rodea, es lo fundamental de una creación que nace casi desde el bullicio y el jolgorio.   


  •  Sobre esta propuesta atinada solamente hay que acondicionar la mirada, transcribir la ofrenda y los atributos, legalizar sus sentencias, proclamar el viento festivo que mueve su paciencia, sin dejar que nos rinda una resignación que no lleve inherente la más hermosa alevosía.    

Felisa, el falo que nos convoca
a esta dulce tumefacción de mi boca
no es sino una torre que invoca
el palacio de mi soledad.
(Leopoldo María Panero) 

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