8 de abril de 2013

DAVID ELLIS /


  •  En el norteamericano ELLIS hay un movimiento continuo, una desazón calculada por si los vínculos no se establecen e inundan todos los espacios. Ya sea como intestino retorcido y eje de una búsqueda en laberinto o como una marea desbocada, la cartografía plástica y orgánica no tiene fin, incluso se desborda, va más allá.   


  •  Adquiere formas en un proceso constante de mutación, que se deslizan  con esa coloración intrínseca a su propia naturaleza de entes que no encuentran acomodo o que precisamente su constitución sea ésa, la de ondularse, dejarse ir, concebirse sin principio ni fin. Pueden arropar vientos tempestades, hasta ultratumbas que fuesen generosas.  


  •  De vez en cuando hay algo reconocible, pero es porque se ha perdido o se ha gestado por casualidad, por ese azar del que hablaba André Bretón, que es la coincidencia de una casualidad externa con una finalidad interna.


  • El ron te salió redondo
  • y mulato, como un níspero.

(Nicolás Guillén).

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