12 de noviembre de 2012

EDO MURTIC (1921-2005) / UN DUELO SIN FLORES

  •  ¿Por qué estas contiendas colonizando el espacio introducen nuestra mirada en el marasmo interno que nos posee y nos deja al borde de un precipicio, cuya conciencia no es la idea indefinida sino la vivencia nunca prescrita?   
  •  Es cierto que su detonación plástica ha sido el emblema de una época y ha señalado la plástica de un tiempo, pero no es menos cierto que ha sido una concepción que en el gesto físico de la realización, en la explosividad de la expresión y en el fuerte acento cromático han tenido una definición auténtica, premonitoria y agobiante.
  •  No cabe frialdad, método, orden, cuando la dimensión de lo exterior nos corroe, cuando nos asedia y no permite otras salidas que establecer otras cosmovisiones plásticas que den superficie a una capacidad de creación que se ha imaginado como una entidad finita, destruida y acabada. Hay un dolor que debe ser traspasado. Una ansiedad que no muere sin agonía.  
  •  Para el croata MURTIC la distinción entre creador y obra no existe, tal es su forma de hacerlo constar, de materializarlo sin concesiones ni condiciones, libre de ninguna otra atadura que no sea su intuición, su percepción de lo que el umbral existencial de la mirada necesita.    
  • Los caminos se abrieron cariñosos a las piedras,
  • trepaban por los brazos, se escondían en el sudor,
  • adquirían soterradas metamorfosis.
(José Lezama Lima). 

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