10 de septiembre de 2009

FIN DE LA PINTURA

  • Afirma Danto que la pintura ya ha dado todo lo que tenía que dar y se ha agotado.

    Pudiera ser verdad si partimos de la base de que con Robert Ryman nos hemos quedado en blanco, con Ad Reinhardt a oscuras y con Daniel Buren a rayas. El relato modernista no ha podido estirarse más.
    • Ahora toca una pintura plural, abierta, flexible, sin estereotipos ni exclusiones fundamentadas en un código legitimador ni un manual de estilos bendecido en catequesis.


    • Ya no habrá vanguardias históricas ni cánones académicos, será un fin de lo que ya ha sido institucionalizado y glorificado y se iniciará otro ciclo cuyo discurso se cimentará en su propia falta de discurso. ¿Con eso se evitará o no la formación de otro desarrollo histórico-artístico?

    • El espectador, filosofías y teorías aparte, necesita a la pintura como espectáculo visual, aproximación y lectura de la realidad que le rodea y comprensión y entendimiento de sí mismo. Eso creo por lo menos. Y será así hasta que se demuestre lo contrario, que podría ser mañana o ahora mismo inclusive. Es evidente que nadie tiene más derecho a la contradicción que uno mismo.


    • Ya acodados en el Malecón en plena noche, aunque el apagón general le ha brindado la luz que normalmente le falta, mi amigo Humberto me dice que él no puede dejar de pintar porque se le escaparía la vida. No te creo, le contesté, todavía puedes apurar el resto de tu vida construyendo balsas, apilando y enterrando cadáveres o haciendo marcos conteniendo fuentes de ron. No se amilanó y me echó en cara que yo era como un difunto vespertino que había salido de la penumbra para cobrar aranceles.





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