31 de diciembre de 2011

MARCEL MARTÍ (1925-2010) / ENTRE FORMAS

  • Último día del año, con cierres y comienzos, con mentiras que son verdades y verdades que son mentiras. Para mis amigos artistas, y para el conjunto de ellos en general, voluntades de ser y seguir, de continuar un proyecto que son ellos mismos devorando muérdagos, afanes y cuerpos silentes.
  • Y refiriéndome al caso concreto, decir que toda obra artística se involucra profundamente con el tiempo y el espacio en que es gestada individual o colectivamente (Marta Zátonyi), lo cual sabemos a través de nuestros hábitos perceptivos, culturales e intuitivos. Mas también lo entendemos como un camino de citas, crecimientos, asimilaciones y desplazamientos. 
  • Por eso, lo cóncavo y convexo es la epidermis de la estatuaria del argentino MARTÍ. Pero el corazón es esa naturaleza que se erige juez y parte, cosmos y definición de una propagación de la forma como un sínodo complejo que solitaria o en grupo tiene la estructura y configuración de unos cuerpos en perfeta asonancia. 


  • Acabando en un eco sobre el entorno, la visión va hacia donde no hay nada oculto, todo es visible y no se ha de sepultar ningún silencio.

  • Habiendo llegado al tiempo en que
  • la penumbra ya no me consuela más
  • y me apocan los presagios pequeños;
habiendo llegado a este tiempo;

y como las heces del café
abren de pronto para mí sus redondas bocas amargas;

habiendo llegado a este tiempo;

y perdida ya toda esperanza de
algún merecido ascenso, de
ver el mar sereno de la sombra;

y no poseyendo más que este tiempo;

no poseyendo, en fin,
más que mi memoria de las noches y
su vibrante delicadeza enorme;

no poseyendo más
entre cielo y tierra que
mi memoria, que este tiempo;
decido hacer mi testamento.

Es
éste: les dejo

El tiempo, todo el tiempo.

(Eliseo Diego). 




1 comentario:

  1. Parte de sus obras son extremadamente semejantes a las del escultor chileno Federico Ashler. Creo que puede haber sierto nivel de influencia.

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