- Cuando se contemplan estas obras nos alejamos de la carnación renacentista y nos internamos en las noches en vela, en las imágenes casi impenetrables, en señales de tumbas y desnudas ausencias.
- Lo real no está ya sujeto a inquisición aunque todavía quede una palpitación de diálogo entre espíritu y cuerpo. Decía Hegel que si la esencia no aparece ni siquiera lo sería. En la pintura del suizo OBERSON la esencia es una presencia espectral y amenazadora.
- Desde su visión plástica se provoca una conmoción que nos remite a fantasmas que invocamos a la hora de considerar todo el pavor de nuestra existencia, sin que pueda haber salidas y escapes para evitarlos.
Yo destruiré las redes
de todos los arcanos y las rosas
tenebrosas.
(Juan-Eduardo Cirlot)