- Los escenarios que ha creado el chino HAICHEN son tenebrosos, naturaleza y humanidad se debaten conforme a un sentido plástico que lanza un reto a la cara del espectador, que teme ser arrollado por fuerzas desatadas e incontrolables.
- Es evidente que materia, color y espíritu están unidos en una armonía que está provocando un desequilibrio inspirado en la perspectiva dislocada de una visión romántica que cala profundamente en el sentimiento.
- Como afirmaba Ortega y Gasset, tenemos, querásmolo o no, que realizar nuestro personaje, nuestro programa vital, nuestra entelequia, aunque sea entre el oscurantismo y la tenebrosidad.
(Roa Bastos)