- La luz antillana se ha metido dentro para que sea enriquecida por el color, para que el creador se deje llevar por la pintura hacia la pintura. No hay nada como la huella de esa luz color, de ese dibujo que la hace suya para que su plasmación tenga la visión de un descubrimiento.
- Así es como podemos afirmar que el dominicano BERROA da pie a la expresión de todo un universo particular, íntimo, imaginativo, con el que comunica una manifestación plástica que no se derrama sobre el lienzo como un desgarramiento casual e inopinado, sino que formula una figuración en base a la estético del contenido, por una parte, y la estética de la forma, por la otra.
- Un visualizar como una procreación de seres que se encuentran, que se reconocen, que se aman o se odian, pero con una luminiscencia que encarna la realidad de su naturaleza, de su danza escenográfica y múltiple, que irradia ese candor simulado que en su culminación es su reverso, que es esa otra ceremonia de lo pagano.
Esta mañana el mundo está esforzándose
en borrarse del mapa. Y en borrarnos.
(Lorenzo Oliván)
- Antes de los mapas y las plantas arquitectónicas el argentino KUITCA se expresaba con una mano en la tragedia y con la otra en el drama. Pero su configuración tempestuosa estaba en la perspectiva y en la concepción de unos ámbitos espaciales que provocaban su deglución abismal.
- Dentro de esos espacios no se buscaba una ejecución elaborada y estilística, sino una atmósfera turbia sostenida en ese cromatismo sucio, desapacible y hasta fatal, pues no hay artista que aspire a la armonía en una sociedad infeliz.
- Al final cada obra nos induce a pensar en lo confuso y borroso, en que hay que obviar lo aparente por su falta de claridad y penetrar en ese pequeño mundo que es tan grande y en el que, por el contrario, suceden tantos hechos tan enormes y terribles.
Ese reloj no quiere
llegar al tiempo
al que el tiempo llegó
hace ya mucho. En vano
marcha hacia atrás huyendo
de la tragedia que ya ha acaecido.
(Lorenzo Oliván)
- Las palabra de Francis Bacon llevan una carga definitiva y nunca bien entendida: "el lienzo en blanco se encuentra lleno de prejuicios, de condiciones, a las que intento asesinar, borrar, tachar o reconducir hacia otro sitio al pintar".
- Para el italiano CECCOBELLI, alejado de modas y tendencias, lo fundamental es eso, el alcanzar la materialidad y plasticidad de una espiritualidad que él vive como ser y como artista. De ahí vienen esas imágenes esotéricas, ungidas por toda una concepción metafísica, incluso teosófica, que perfilan unas obras al borde de un umbral impredecible.
- Están como grabadas a cincel en el tiempo y en la superficie, como símbolos de un logos que se ha precipitado ante nuestra mirada, nos distancia y al mismo tiempo nos acerca, nos fusiona bajo un cúmulo de destinos universales que plasman su condición de iconos insustituibles y sacramentados.
A cada nuevo paso
que das, escuchas, hueco,
el eco de otro igual.
Una réplica exacta que te hiela la sangre.
(Lorenzo Oliván)
- Que haya un punto de partida, por favor, uno sólo aunque sea inconsciente, pues éste siempre se desarrollará a través del accidente o el azar, confesaba Francis Bacon. El italiano PISANI, que acabó suicidándose, es fiel reflejo de ello con todo su magnífico aparato imaginativo.
- La suya es una pintura y una escultura que no esconde las paranoias, las contradicciones, las sofisticaciones y falsedades del mundo que nos rodea, pero para ello suelta sus mejores dotes y capacidades plásticas, aunque los despistados le acusen de una liturgia surrealista breve y concisa.
- Nada más lejos de ello, la locura que anida en su interior transforma y suprime lo superfluo, se queda con los más arbitrario y mortífero, con la creación y la destrucción, con la alegoría y el sursuncorda, con el despiporre y la sagrada luz. Entonces es cuando se ha ido para dejarnos algo imborrable.
Cerrarte en un paréntesis de brazos
donde no cabe el mundo, ver que rota
mi ser alrededor de tus caderas,
romper con lo exterior todos los lazos,
y entrar en una realidad ignota,
que es sólo un centro en donde no hay afueras.
(Lorenzo Oliván)
- La catalana CABELLUT, que ya ha estado en este blog con todo merecimiento, sigue paseando su obra por todo el mundo, quizá, por una parte, porque por fuerza, decía Robert Hughes, continúa con su pintura echando miradas nostálgicas hacia el pasado. Aunque, por otra parte, creo que se queda corto y hay que completarlo, pues el imaginario estético de la artista ofrece una visión que cicatriza existencial y vivencialmente en el lienzo al mismo tiempo que en la mirada.
- Parece que no viola ningún código y lo cierto es que lo transgrede todos, desde el plástico hasta el dramático, desde lo real hasta lo enmascarado, desde lo vital hasta lo puramente formal. Es una poética y una liturgia que nace del desasosiego, de la angustia, de la rabia, pero también de la meditación y la reflexión, ya que se origina como una introspección sobre la naturaleza del ser, que siempre resulta oscura, contradictoria y aflictiva a lo largo de la historia del arte.
- Cada personaje, cada mirada, cada rostro, cada ropaje, vienen definidos por el contexto en que se plantea, mejor dicho, en el que ella lo plantea, en que iniciado el punto de partida, son ellos, los seres, los que hablan, callan, maldicen, piensan, mueren, y todo ello en su propio lenguaje, tal y como comenta Francis Bacon. En definitiva, es una propuesta insólita que roza la perfección y que está hecha para contemplar indefinidamente.
Detrás de aquella raya, queda un mar
que tus dos ojos niegan, tachan, hunden.
Acostumbra a tu mente -más osada-
a saltar por encima de ti mismo.
(Lorenzo Oliván)
- La obra del cubano MÁRQUEZ, de nuevo en Vivencias Plásticas, ha tomado otros derroteros, quizá porque, como decía Bonito Oliva, la idea de que el arte transforma y modifica, en el sentido de que da forma e intención a la energía del mundo, se corresponde, en la historia de la cultura, con el proceso alquímico.
- Cierto que él no deja de insistir en que la superficie siga relatando sus bases abstractas, aunque no ciegas, incluso que se forzase y densificase más, superponiéndole más capas, papeles, desgarros, pigmentos, hasta la ilusión de unos animales rondando por encima de ella.
- Pero también es evidente y coherente que sean los cimientos de unas estructuras constructivas derrotadas, abortadas, abandonadas, como unas biografías sin parada y fonda. No hay pulcritud cromática que valga, ha de manifestarse un reverso tan viejo y cansado que llegada su última hora ilumine, lance destellos postreros de una existencia que resiste y aguanta hasta sumergirse como la plataforma cósmica que nunca llegó a ser.
- Por tanto, muestra una creatividad que parte de un conglomerado fructífero de lo material, lo hace vivir y transmitir con tal desasosiego e inquietud que parece una estación final desde una dimensión que no nos es desconocida pero sí ignorada por ser territorios de naufragios sin tesoros.
Al blanco bosque del poema llega
tras buscarse entre negras sombras, cada
vez que el oscuro perro de la nada
le ladra su vacío, o si se entrega
a sus más turbias obsesiones.
(Lorenzo Oliván)