- Decía Herbert Read que una obra de arte nos asombra porque ha producido su efecto antes de que tengamos conciencia de su presencia.
- Pues si es cierto, el holandés MARTINEAU ha configurado su voluntad de hacer indiferente a todo menos a sí mismo. Sus horrores nos proporcionan refugio, visión y valor. Nos impregnan de un espíritu hecho a medida de lo que vive, una sensibilidad mayor ante lo que muere o va a morir.
- La piedad es la virtud que su plástica cultiva y recrea, pero es una piedad transgresora, inconfesable, martirizadora en su belleza y en su talento, y en ese algo más que siempre queda tocando a retreta o a responso, pues al fin y al cabo los difuntos ya están listos y con la mirada puesta en sus oraciones pintadas.
sólo la luna se mantiene
casi al alcance de la mano
pero también perdí las manos
y las mandíbulas y el sexo
(Mario Benedetti)
- ¿Por qué hay tantas vías para llegar a un color que siempre nos parece nuevo? ¿De dónde las sacan los artistas? De acuerdo en que estamos ante ese resultado final cuyo punto de partida en pintura son desbordamientos emocionales y concepciones intelectuales.
- Pero en la brasileña Saddi la antítesis manifiesta una conjugación y organización que alienta una cierta y personal sensibilidad de la obra de arte. Esas arboledas, junglas y frondas gobiernan un territorio que no es salvaje pero no deja de ser premonitorio.
- Atrae por esa conjugación armónica, por ese subrayado de líneas abiertas, por lo que debería ser una descomposición corrupta y por el contrario baila con un narcisismo sensual y cromático insustituible. No podemos tocar esos bordados, son simulacros pese a que su realidad subterránea es más sólida, aporta un valor incalculable para la vida y recrea el sentimiento de estar ante un magma de fuerza creciente.
despabila amor
que el horror amanece
(Mario Benedetti)
- En un momento dado la pintura se vio no como ordenación con su gramática reglamentada y concebida para representar, sino como una emanación del cuerpo que vomitaba sus flujos en una superficie, que después, con los pies, con las manos, con el cuerpo colgando, cincelaba unos extraños meandros, piezas del caos vivido en el interior del artista.
- Éste, utilizando su propio cuerpo, "quería pintar como si estuviera corriendo alrededor de un campo de batalla ejerciendo de sí mismo hasta colapsarse" por agotamiento.
- Lo cierto que el japonés SHIRAGA, miembro del famoso grupo ""Gutai", fue uno de los introdujeron el arte contemporáneo en su país y concretamente la significación y amoldamiento de un informalismo de veta propia. En la mayoría de los casos la obra es un mero resultado de un proceso dinámico, que es el que en realidad marca la realidad de esa configuración final.
En el silencio universal
por compacto que sea
siempre se escucha el llanto
de un niño en su burbuja
(Mario Benedetti)
- ¡Qué imágenes más espantosas!, verdad fulana. ¿Cómo puede considerarse arte a tales engendros? El autor debe ser un morboso o enfermo que está más loco que una cabra, ¿no crees?
- El fotógrafo estadounidense WITKIN asusta, provoca, transgrede, hasta puede decirse que humilla al que se presenta delante de su obra porque al mismo tiempo que le atrae -esas cabezas de muertos besándose ¡por Dios!- le produce una aversión sin límites.
- No cabe duda que el artista juega con sus propios demonios y los nuestros, que tiene un gran sentido estético, que reivindica la condición invicta de lo abyecto, lo eleva a la categoría que debe tener y no se deja arredrar por el desprecio o la condena.
el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite /
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrarán los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido
(Mario Benedetti)
- Rápidamente la periferia artística asimila patrones, exige su descubrimiento, pero no se acoge a ellos cuando ha de configurar una realidad propia. La creatividad de estas obras del indio KALLAT radica precisamente en plantear una fisonomía artística de lo que compone su territorio, sus orígenes, sus hábitos y sus creencias.
- ¿Pero en qué quedan? En los huesos, es decir, en una modernidad pobre, hambrienta, que llena sus cabezas de lo que no tiene, de víctimas de un imperialismo económico que los deja pidiendo en cada esquina.
- La resolución formal de su trabajo tiene la cualidad interna de lo que quiere expresar, agigantándolo para que tenga una penetración más concreta y plástica. La mirada se conmociona ante un imaginario que la busca desesperadamente, porque ese es el relato fundamental.
cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza
(Mario Benedetti)
- La pintura sigue siendo un oficio y una representación que no cesa porque sus motivos son enteramente contemporáneos y a partir de ellos puede introducirse y articularse en sendas de desdoblamiento o fantasmales o demoníacas, o imprevisibles.
- En la obra del barcelonés JARDÍ encontramos una configuración sutil y americanizada de lo que una figuración parece ser ser y no es, que juega con nuestra percepción y también con lo que creemos que somos y reflejamos. Hay un territorio urbano y una construcción plástica sólida, pero lo visible no es lo evidente. Lo visivo se enreda dentro de una secuencia de un momento, de una rememoración, de una supuesta falsificación de situaciones que no son.
- Lo que es manifiesto deja de serlo, vamos entendiendo el efecto de la transparencia, de su finalidad concreta, de esa niebla y ese cielo que no quiere cubrir lo que está sucediendo, incluso lo querría invertir para que el entorno tomase otra emoción y un nuevo sentimiento.
Para no sucumbir
ante la tentación
del precipicio
el mejor tratamiento
es el fornicio
(Mario Benedetti)
- La clarividencia de Elena Cardoso de que el arte posibilita el volver a conocer el mundo y su materialidad por un lado, y por otro, el permitir reconocernos a nosotros mismos en relación con el mundo que nos rodea y del que formamos parte como personas singulares y en comunidad no tiene objeciones, ninguna diría yo.
- Y tampoco el que la abstracción geométrica tiene raíces clásicas y deriva de la idea pitagórica, según la cual, en la base de las estructuras que rigen la naturaleza, estarían complejos elementos geográficos.
- Todo ello a cuenta de la obra del granadino Piñar, que supone un estado de exaltación de las funciones pictóricas, en que va construyendo sin parar líneas, colores, desarrollos, procesos, aparatos operacionales de un conjunto que quiere absorberlo todo, que ambiciona, con su concepto visual de valores polivalentes, plurales y significantes, todo una configuración creativa sobre lo que es la dimensión abstracta en su más genuina intelección y ornamentación. Lo que ya en sí un valioso y apreciable empeño.
una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo
(Mario Benedetti)