- En una isla se aprenden y se empiezan a reconocer los mínimos signos -tal como algas- al surcar ese espacio marino del que surgen mensajes poéticos que no tienen en sí mismos otra explicación.
- Para el mallorquín FABRÉ la caligrafía de ese proceso en el que se vio inmerso por propia propia voluntad no le resultó un círculo cerrado sino un corazón abierto. Sobre la pátina de plasticidad deja sentir los hilos de un tiempo que se está deshilachando.
- Pueden decir que esta forma de aprehender la superficie no es nueva, pero también deberían señalar que acercarse a ella desde distintos focos pictóricos y existenciales exige una maduración de la que es muy difícil entender cómo llegar a su sabiduría.
- Dejó caer los brazos, abatido,
- se desprendió un gusano de la manga,
- pidió perdón y recogió el gusano
- que era sólo un fragmento
- de la totalidad de la esperanza.
(Ángel González).
- ¿De dónde sale toda esta irradiación? ¿Collages de todas las determinaciones estilísticas? ¿Y si fuesen imploraciones a la magia pictórica para que no deje de hacer maleficios, sortilegios y encantamientos?
- Al impregnarse de las fijaciones plásticas que configuran todo su imaginario, la española PETIT no da por perdida a ninguna, las quiere cruzar e hibridar a casi todas en un remate entre el delirio, la perfección y la angustia de la no consumación.
- La representación en sus obras nos permite reconocer referencias, iconos, atmósferas, lenguajes, visiones, hasta que se convierten en secuencias unitarias que se desarrollan como una oda al tiempo, al arte, a la memoria y a la reivindicación de lo que queda a partir de la muerte si está bien transcrito.
- Queda quizá el recurso de andar solo,
- de vaciar el alma de ternura
- y llenarla de hastío e indiferencia,
- en este tiempo hostil, propicio al odio.
(Ángel González).
- La escultura moderna, a partir del cubismo, recorre ya por sí sola caminos inusitados. Innovaciones en materiales, técnicas, procedimientos y conceptos permiten ofrecer un sinfín de soluciones y momentos evolutivos de gran creatividad.
- Uno de esos hallazgos se refiere a la pérdida de espesor, corporeidad, robustez, a que el interior sea transparente porque son las líneas del exterior las que juegan a marcar el sello de la identidad como síntesis. El español CABEZAS así lo ha entendido porque sabe jugar con el halo como el reflejo del que la escultura se hace eco.
- En algunas obras el viento se hace sentir, flexibiliza y hace surgir la figuración como si fuesen ondas magnéticas, hasta concurrir en una aleación que confiere luz e imaginación al espacio. En otras, jaulas de rejas gruesas y sólidas provocan en sus habitantes el dolor de no poder salir, de condenarse a estar dentro eternamente. ¿Una alegoría de la incomunicación que nos aqueja? Y están las que aparecen como filigranas que se han ido desenvolviendo y culminando en la conformación de un rostro al mismo tiempo sin dejar de ser máscara. Toda una celebración, en fin, del hierro y su férrea vestidura.
- Se paga con la muerte
- o con la vida,
- pero se paga siempre una derrota.
(Ángel González)
- En el israelí MORDEJAI no sólo ha habido una incubación cubista sino que no ha perdido el olor y la profundidad introspectiva por el claroscuro, por el sentido clásico, por esos personajes sin iris, sin pupilas, sin córneas, ciegos porque miran hacia adentro y hacia adentro vuelcan su destino.
- Años duros y sufridos, de persecuciones por una supuesta condición maldita, de supervivencia y de continuar pintando aquello que nos deja un futuro y un ser en el que pensar, los mismos que busca esa rata a través de un tablero con una multiplicación inútil a la que no puede llegar.
- Por eso es una plástica que nos envuelve en el significado de una emoción que enlaza historia y vida, sentimiento e interrogación, para luego llegar a la duda de si los aspectos formales se corresponden o no con ese vómito de la experiencia.
- Por caridad todo se conseguía:
- -Por caridad, por caridad,
- gritaban
- los hombres
- en las duras esquinas azotadas
- por el aliento
- del cantor mulato,
- por el murmullo en sol de la criolla,
- por la lluvia además, por la desgracia.
(Ángel González).
- Si preguntásemos al chileno BAHNA cómo se funde su ideario con el material seleccionado nos diría que hay una estética ahí fuera, no muy lejos, buscando un lugar y una visión. Él solamente se encarga de difundir, mediatizar y ordenar sus formas, posarlas si requieren apoyo o hacerlas que sean un elemento flotante.
- Entonces, y como resultado, algunas son dinamismo puro que se extiende, alarga y difumina a partir de un núcleo central; otras, con raíces espinosas, se ondulan desde abajo hacia arriba o viceversa, lamentándose del mínimo vacío que las rompe. Siempre son transparentes, compactas o abiertas, inteligentes, y saben captar la mirada que trata de infiltrarse en su contextura, hallar su naturaleza, la ontología que es menos de lo que descubren y más de donde proceden.
- Nos iluminan como palabras que tienen algo de cinético, volátil, ligero, para narrarnos una historia visual que nos haga sensibilizarnos y al mismo tiempo sensualizarnos con su diversidad, con sus opciones estilísticas y con su condición de esculturas hechas para ser nuestra compañía.
- Entonces todavía era
- sencillo:
- amar, besar, comer aunque tan sólo
- fuera
- un pedazo de pan,
- una limosna.
(Ángel González).
- Cuba es un mar del que no se agota todo lo que estéticamente lleva adentro. Se suceden desde antes incluso de los años 50 del pasado siglo generaciones y acontecimientos de signo artístico que desvelan la creatividad de una isla que no deja de concebir y concebirse a sí misma.
- Son muchos lenguajes, muchas las formas de afrontar el hecho plástico, muchas las vías de ampliar todas las modalidades, los sistemas, las iconografías, los senderos, porque lo fundamental es que los recorridos no se queden fijos y abran más surcos en una frondosidad a la que no se le ve el fin.
- Mas en el caso del cubano VALDÉS lo que a él le toca es retratar la pregunta entre ese mar, la isla y el bosque sin límites. Lo que configura en sus obras es esa muestra imaginativa y representativa de una identidad, de cómo se conforma pictóricamente, de cómo late en una orografía arriba y abajo que tiene el misterio de su supervivencia y una apuesta por lo que es y ha sido.
- Ésta es, en fin, la clara piedra
- donde su incierta historia queda escrita.
- Y si a veces lo olvida,
- si vuelve su mirada hacia otra parte
- intentando extraer de lo ya abstracto
- una idea concreta que lo explique,
- todo es lo mismo ya.
(Ángel González).
- ¿Son cabezas mutiladas o en mutación progresiva? ¿O es el ojo el que ocupando cada vez más espacio, tratando de hacerlo todo suyo, se ha erigido en valedor, ideólogo, vigía, pontificador y verificador? ¿Es que los ojos en Cuba son la sobredimensión de lo que es y no es?
- De acuerdo en que no se sabe lo que son y por eso que cada espectador trate de penetrar en sus volúmenes claustrofóbicos, sociópatas y calculadores es lo que pretende el cubano FERRO. Pintura, por tanto, que carga contra el poder de la alquimia y de unos derechos estéticos engañosos.
- Obras que en su portentoso horror tienen la virtud de señalarnos el ahora y el después de lo que vamos siendo y de lo que podemos convertirnos: ese retrato inverso de una razón pretenciosa que inocula mensajes de hechos desmentidos.
- Para nada, ahora,
- para nada, luego:
- humo son mis obras,
- cenizas mis hechos.
(Ángel González).