Wikipedia

Resultados de la búsqueda

21 de noviembre de 2012

BEPI ROMAGNONI (1930-1964) / MI MUERTE ME DEJÓ SÓLO CON EL PRÓLOGO

  •  Aunque sean obras completas, acabadas y perfectamente estructuradas, en ellas se pulsa una búsqueda que no ha terminado, que ambiciona cumplir con segundos y terceros ritos espaciales. Si se construye un laberinto para escudriñar una realidad cada vez más compleja hay que transitarlos todos pese a saber que nunca finalizarán, que parten de presupuestos que nosotros ignoramos.   
  •  No solamente son unas formas que están entre la descripción y el análisis, sino que la función cromática hace de puente para no identificar, para que haya un itinerario que no sea fácil, que se bifurque entre esquinas, vueltas, cuadrículas, plantas, secuencias de un cosmos existencial complejo, en el que nos extraviamos, nos sentamos y vemos nuestro alrededor oscuro, ahogado en encrucijadas confusas y enredadas.   
  •  La obra de ROMAGNONI, que situamos en los años difíciles y tensos de la posguerra, reivindica la dificultad de encontrarse a sí misma entre tanta tendencia que vacila entre unos y otros planteamientos, la exigencia de marcar su itinerario, de fondearlo cuando es necesario y saber surcarlo en los momentos en que ha se ha topado con ese clímax narrativo que estaba latente.   
  • La cajita de música dio
  • la hora de acostarse.
  • Y todos volvieron
  • a ahorcarse en su tembloroso
  • escaparate de palisandro.
(José Lezama Lima).

19 de noviembre de 2012

FELIPE ALARCÓN ECHENIQUE (1966) / LOS HIJOS DE MARÍA


  • Desde el Caribe las fuentes religiosas no se ven como las epifanías de origen europeo y cristiano a las que estamos acostumbrados, sino como una dicción étnica, insular, mixtificada y extasiada entre lo animista y lo vitalista. En ellas, tomando las palabras de Lezama al revés, la muerte nunca dejará de ser sonido y la sombra se hará carnaval de larga eternidad.

  • En esta obra, un tríptico, "los hijos de María", el hispano-cubano FELIPE ALARCÓN construye alegóricamente las raíces del ser en una tierra, en un cosmos que conforma etnia, historia, cultura y estética, que llora desde una tumba que nunca está inclinada, lo que germina esa configuración de prismas, tan propia del autor, que se van sucediendo según se van generando, pues unos son la consecuencia de otros y esos otros serán fruto de los que ya está a punto de aparecer en un sueño interminable de formas y existencias. La fisonomía coral tiene en lo horizontal inferior la gama cromática y tonal de ultratumba, la vida se ha juntado con la muerte y son una misma esencia que tiene en María un dios indiferente -lo que se percibe en esa mirada ciega-.

  • Pero si nos fijamos en el horizonte superior, el asomo del cielo es escaso, aunque azul y claro, y no necesita iluminar el tronante fragor de abajo; las montañas están pálidas y no generan perspectiva, tampoco hace falta que lo hagan. Esa intencionalidad organizadora es la que desvela que la burla ha terminado, que lo que se habita es otro barco y ése está tomando rumbo al destierro en una urna. Que al abismo, evidente es que no ha lugar a más dudas ni recelos, se baja venerando unos pocos la ceguera, el vidrio y el agua de los ojos de María, o dando alas a las mansedumbres invictas, sean o no mestizas, o pintando los misterios redentores de cuerpos insepultos pujando por una perpetuidad de ron y amor secreto.

  • Es una figuración cuya melodía plástica es la depuración de muchos elementos, si bien los que al final toman la rienda que lleva a la diversidad y al tambor de cabalgata, están perfectamente estructurados, y si alguno ha sido violado o se ha escondido deja el hueco o un perfil del que exhala el temblor y la huella incapaz de ser olvidada.   

  • Qué alegría, qué alegría,
  • qué majestuosa tristeza esa unión
  • de la respiración misteriosa,
  • entre la transparencia que se recibe
  • y la exhalación de las entrañas
  • que se devuelve.
  • Esa es nuestra morada,
  • la pureza que se recibe
  • y la siniestra semilla que se hunde.
(José Lezama Lima).              

18 de noviembre de 2012

ENRICO MINGUZZI (1981) / NO SÉ PINTAR CREPÚSCULOS

  •  Las oleadas fluyen ordenadamente porque lo geométrico, en sus distintas modulaciones, tiene la función de estructurar la aparición de la luz y de sus entorchados y franjas multicolores, de como se van conjugando tonalmente, líricamente, en un juego que envuelve, cubre, conduce y hace que lo cromático tenga esa evidencia anímica que transmite una sensación de ida y vuelta.  
  •  No nos olvidemos de estos cantos porque ya nos creemos que han sonado. Y no debemos olvidarnos porque el que la práctica artística de hoy esté muchas veces más cercana a la instalación, al acontecimiento, al perfomance y al espectáculo, que a esta visión, no va a ser un hecho que no vaya a dejar permanecer inmutable y perenne a aquellos. Es lo que nos quedará en la retina como una celebración de la vida y de la creación.   
  •  Para este joven italiano, MINGUZZI, la pintura tiene todavía que seguirse amando, absorbiendo los frutos cosechados, tomando raíces de todo su tiempo y de los que le han precedido, confabulando nuevos exorcismos, desgranando una sintonía visual que siempre esté a punto de alcanzar ese clímax hasta culminarlo con el inicio de otro ciclo.  
  • Otra vez Felipe, Humberto y yo nos encontramos en El Malecón en un día soleado y abierto. Y otra vez que nos molestan. En esta ocasión se trata de un cazador de ratas para pedirnos un trago de ron. A cambio de dárselo se llevó con la mano una rata a la boca, tensó los labios y con sus podridos dientes caballunos arrancó de cuajo la cabeza del bicho. Ni con el mejor ron se podía comer aquello, preferíamos matar el hambre de otra forma. Pero le dimos las gracias y se fue.

14 de noviembre de 2012

CARL-HENNING PEDERSEN (1913-2007) / SOY TERRIBLEMENTE CLARO

  •  He de hacer una declaración ponderamente significativa: mi inclinación por todos los artistas que han formado parte del grupo COBRA. Estamos hablando de creadores con instinto, con fuego en sus recursos pictóricos, con andiamajes infantiles, primitivos y percepciones lúdicas o angustiosas u oníricas ,y al mismo tiempo vibrantes, demoledoras.  
  •  Es más, su coherencia estilística, su sentido cromático, su cierre de vacíos, su figuración grotesca trasciende y transfigura hasta volverlo todo una incandescencia vertiginosa, identificable y reconocible. Es la eterna rebeldía de una pintura que sobre la razón hace sentir el eco de la alucinación y el éxtasis enajenado.     
  •  La obra del danés del danés PEDERSEN es un puro carnaval que transmite la autenticidad creativa que pasa de la evaporación al metal, de lo fluido a lo denso, del misticismo a lo dionisíaco. Y la marca de sus tinturas descubre y celebra el prodigio, lo hace indeleble, misterioso, emocional y definitivo.     
  • Una flecha atraviesa el oscuro de la boca,
  • otra pega los labios como el alquitrán.
  • Le dan una nalgada
  • y se precipita gruñendo en la cueva.
  • Ahora es un antruejo bailando
  • ante la luna que le corta el cuello.
(José Lezama Lima).

12 de noviembre de 2012

EDO MURTIC (1921-2005) / UN DUELO SIN FLORES

  •  ¿Por qué estas contiendas colonizando el espacio introducen nuestra mirada en el marasmo interno que nos posee y nos deja al borde de un precipicio, cuya conciencia no es la idea indefinida sino la vivencia nunca prescrita?   
  •  Es cierto que su detonación plástica ha sido el emblema de una época y ha señalado la plástica de un tiempo, pero no es menos cierto que ha sido una concepción que en el gesto físico de la realización, en la explosividad de la expresión y en el fuerte acento cromático han tenido una definición auténtica, premonitoria y agobiante.
  •  No cabe frialdad, método, orden, cuando la dimensión de lo exterior nos corroe, cuando nos asedia y no permite otras salidas que establecer otras cosmovisiones plásticas que den superficie a una capacidad de creación que se ha imaginado como una entidad finita, destruida y acabada. Hay un dolor que debe ser traspasado. Una ansiedad que no muere sin agonía.  
  •  Para el croata MURTIC la distinción entre creador y obra no existe, tal es su forma de hacerlo constar, de materializarlo sin concesiones ni condiciones, libre de ninguna otra atadura que no sea su intuición, su percepción de lo que el umbral existencial de la mirada necesita.    
  • Los caminos se abrieron cariñosos a las piedras,
  • trepaban por los brazos, se escondían en el sudor,
  • adquirían soterradas metamorfosis.
(José Lezama Lima). 

10 de noviembre de 2012

WHITNEY MCVEIGH (1968) / ¿HAY ESPEJOS?

  •  En la plástica, un signo, una pincelada, una forma pueden expresar de manera pura un contenido.  Y actualmente la distinción entre las formas conformadas por el dibujo, o lo que es lo mismo, la línea, y las producidas por una pincelada abierta o pictórica, ya no es nítida, la fusión se ha producido y ha proporcionado una nueva epifanía.    

 
  
  •  Estos rostros son voz y alma, la destilación de un pasado que en el presente se torna con el misma enigma y otras dimensiones. La contextura creativa ha de tener otra formulación, ha de captar una consumación de síntesis, de concepciones e idearios, de agotar plasmaciones que no han encontrado hasta este momento otras vías visivas y extáticas.   
  •  Por eso, puede suceder que la conexión, sea o no metafórica, que establezca la mirada sea con esa radiografía que aspira a concebirnos y reflejarnos bajo nuevas caras y con ello penetrarnos con los hallazgos de una anatomía plástica que exprese toda la emoción del análisis ante un espejo inexistente .     
  •  Que la inglesa MCVEIGH va en busca de esa conjura del ser en su opacidad pictórica para hacerla hablar no es ninguna ecuación. Está en ese empeño por haber puesto sobre el soporte todo su conocimiento del arte, de lo que fue y de lo que entrañó,  lo que le condujo a un quehacer que configuraba la idea con la emoción, el sabor de la existencia con la reflexión.  
  • El cuerpo se escondía en la casa de las imágenes
  • y luego reaparecía idéntico y semejante
  • a un fragmento estelar, volvía.
  • Su ocultamiento había agrandado
  • su armonía con el humo universal.
(José Lezama Lima).

7 de noviembre de 2012

ALFREDO CASTAÑEDA (1938-2010) / FUI UN EREMITA

  •  Produce desconcierto una pintura sobre un solo personaje que se repite en distintas situaciones y espacios, con los mismos rasgos caracterizados de acuerdo a la simbología de una soledad que se trasplanta idéntica según los interiores desnudos o los exteriores que despiden el mismo efluvio de desamparo y retiro.    
  •  ¿El hombre o un hombre como un eremita contemporáneo? ¿Es la ficción plástica de raigambre clásica con un acento alegórico? Desde luego, en este caso el mito se desvanece, la apertura de enfoques, tan depurados, tan equilibrados, tan místicos, nos somete como espectadores a un ejercicio de introspección basado en esa figura ermitaña que en sí misma, a pesar de su hermetismo, es todo un nudo de significaciones.   
  •  Para el mexicano CASTAÑEDA el ascestismo es la fórmula creativa que ha desentrañado estilo y forma, pero adquiriendo y enfatizando en su representación el cenit de un imaginario visual que se transmite con una fisonomía inconfundible y nunca vencida.   
  • La universalidad del roce,
  • del frotamiento, del coito de la lluvia
  • y sus menudas preguntas sobre la tierra.
  • ¡Qué engendros para una nueva raza!
  • ¡Qué nueva descendencia del hombre y de la piedra!
(José Lezama Lima). 

UMBRALES INCIERTOS