- Era invierno y hasta entonces las formas se hallaban a ras de tierra para dar abrigo a la soledad. Cuando llegaba la primavera apuntaban hacia sitios inverosímiles sin perder el contacto con la realidad.
- En verano la luz se hace expresión de sí misma, la ingravidez la delata al ganar el sentido de lo que se construye y los filamentos cobran vida. Ya sean fibras, cuerdas, hilos, sedales, incluso briznas, las creaciones surgen como criaturas repletas de encuentros, de citas con el espacio, destino en el que dominan su centro, el foco de su visión y la razón de su diálogo.
- El inglés BUTLER observó lo que se hacía en su tiempo, las circunstancias que lo motivaban, la función que exigían de un artista que tuvieran el don de la fantasía visual. Nos llegó a abastecer, ya en invierno, de la fragilidad sólida de unos sentimientos sin que ello fuese obstáculo para dejar de perfeccionar el mundo al que tenían como referencia.
- Al final, comprobamos que hasta la materia se ha hecho claridad y dimensión, homenaje y celebración, lugar de miradas en el que ubicar los espectros de una ansiedad calmada y con las puertas en trance de abrirse.
- Acorralad, tropezad, cabritos; al fin, empezad chirimías, quedan solos Dios y el hombre. Tremenda sequía, resolana; voy hacia mi perdón.