- No son formas ni misterios que se burlan, pero con ellas sentimos la daga del tiempo acabado y la escasez de ruidos, la oscuridad subiendo y rostros perdidos.
- ¿Qué somos sin esas apariciones que tienen tal precisión de moldes? Si se lo preguntamos al autor, el italiano VACCHI, quizás nos ofrezca una explicación sobre los problemas plásticos de una fantasía que siempre está al pie de la calle.
- De preguntarnos a nosotros mismos, nos damos de cabeza con un anhelo camuflado, tratamos de expurgar esas realidades de nuestras vigilias y calibramos el flujo veleidoso de la mirada que proyectamos.
- Por eso, no hay que exigir más duelos sofisticados a lo que es una obra cargada de alusiones, de visiones entre lo que son puntos conocidos de referencia y lo que son relatos orquestados desde una significación pictórica que no ahorra en fórmulas y contenidos.
- Justo la seriedad del agua arrebatada,
- sus pasiones ganando recreo.
- Su rumor nadando por el techo
- de la mansión siniestra agujereada.