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10 de marzo de 2009

TOMÁS SÁNCHEZ / PAISAJE PARA FLUIR


Decía Hubert Damish que se debería pensar con la obra de arte, preguntándole cuestiones de índole filosófica o general, pues es entonces cuando, frente a las mismas, aquella revela sus ideas.


Pero no es un acto intelectual el que me acerca a esta obra, es una intuición que me está contando visualmente un secreto, el de que un paisaje es el panteísmo que celosamente estaba agazapado en mi interior, en mi propio yo.


Los horizontes, campos y árboles del artista cubano Tomás Sánchez tocan lo sublime, celebran lo intangible de lo tangible, y son arias dedicadas al canto de una naturaleza que está constantemente creciendo, renovándose, eternizándose en un cosmos hecho a su medida.


Nosotros, los hombres, demasiado enanos física y ontológicamente, hemos de abstenernos de pisar y profanar estas extensiones, de poblarlas con nuestras ruines miserias, aceptando que la placidez sea su infinito para que podamos seguir contemplándolas ilimitadamente.


El malecón, este amanecer, es una triste criatura que no deja de contemplarse en su propio espejo. Mi amigo y pintor Humberto Viñas y yo, intrigados, nos acercamos hasta colocarnos delante de él. Cuando nos vimos reflejados fue tal el horror que salimos huyendo en pos de una botella de ron que apaciguase nuestra sed de pesadumbre.

Pintura Cubana: A proposito de Tomas Sanchez

Pintura Cubana: A proposito de Tomas Sanchez

Lápiz y nube: Fragmentos de una entrevista al pintor Tomás Sánchez

9 de marzo de 2009

JACK LEVINE / EL PRISIONERO


Ésta es una obra del artista estadounidense Jack Levine que al contemplarla ni nos desconcierta ni nos sorprende, sino que hiere nuestro imaginario con múltiples y dolorosas evocaciones y nos emociona por una significación que tenemos muy presente en la vida que nos aborda a diario.


La mirada queda prendida de esa celda negra de la que emerge el lado humano de lo sombrío. No hay esperanza ni tiempo para ella, es el momento de la extinción amordazada de la víctima.


¿Cuándo Norman Bryson define a "la pintura como un arte compuesto no sólo por pigmentos aplicados sobre una superficie, sino por signos en un espacio semántico" se refiere a este prisionero? ¿O es un acto de rebelión contra las normas artísticoestéticas y sociopolíticas al uso, tal y como lo plantea T.J.Clark?


Por mi parte creo que es el resultado de una realidad testimonial que merced a su honda factura plástica alcanza cotas de una belleza imperecedera en una línea continuadora de lo goyesco.


Mi amigo y pintor Humberto Viñas me declara contrito que sigue de tragedia en tragedia, que es un ángel que delira y al que le sobra todo excepto el malecón de su Habana querida. Aún quiere soñar pero hay demonios que acechan en cada tranvía, por eso pinta en sus cuadros alas, alas para volar que no para emigrar, alas para crecer. Y también barquitos de papel para montar en ellos gratis y pasear, pues a nadie le importan las pateras, sólo las balsas para cruzar el mar en la dirección del viento.


5 de marzo de 2009

RICHARD LINDNER / ¿REFERENCIAS NECESARIAS?


Clive Bell nos habla de la "forma significante" como requisito para la consideración de la obra de arte, cuya naturaleza brota de atributos puramente formales: la línea, el color, el espacio pictórico y la textura.


John Berger afirma que el arte es un proceso por el cual es necesario ver las obras de arte liberadas de toda la mística que las rodea en cuanto objeto de propiedad. Sólo así se hace posible verlas como testimonios del proceso de su propia ejecución y no como productos; verlas en términos de acción y no de logro acabado. Asimismo, plantea que la pintura al óleo está particularmente indicada para la representación de la propiedad privada.


Pierre Bourdieu considera que hay una mirada inocente atribuida a los trabajadores y campesinos y una actitud estética propia de la alta burguesía.


Siempre nos encontramos que estas referencias conservan aspectos que pueden orientarnos en el mundo del arte pero no son decisivas para nuestras determinaciones en el orden plástico o estético, al que afronto desde una perspectiva de la intuición, de la emoción, de la educación y la contextualización de la mirada.


Y como ejemplo, esta obra del alemán Richard Lindner, internado durante diez años en un campo de concentración nazi, que incorpora elementos renovadores de una iconografía que postula la impostura de la sofisticación cuando nos devuelve nuestra mirada en el espejo.

JOAO DO CARMO / DESCIFRAR

Ante estas dos obras del artista portugués Joao Do Carmo podría decir lo que afirmaba Jean Baudrillard: "el mejor discurso sobre un cuadro sería un discurso en el que no hay nada que decir, que sería equivalente a un cuadro en el que no hay nada que ver".

Pero yo no sufro de esa desilusión radical de la que habla, al contrario padezco la adicción del que sigue queriendo ver.


Y así, ante dos trabajos de este pintor, uno de los cuales está afortunadamente en mi poder, te queda en la mirada otra dimensión y emoción con la que encarar el imaginario visual.


Pues estamos ante el desarrollo de una pintura de máscaras, seres deformes, apariencias antropomórficas, en las que se advierte una percepción del dominio, del poder, de una antinomia cruel de lo humano y su arquetipo, de la brutalidad de nuestro propio sufrimiento.


El vigor y reciedumbre de las formas no admiten pérdida, y las gamas cromáticas que las fijan y definen lo hacen con la sumisión de lo que converge en una misión irredenta e iconográfica como la que él está construyendo.


Hoy veo a mi amigo y pintor Humberto Viñas leyendo en el malecón. Me cuenta que es una imposición de éste a la que no ha podido escabullirse. Se trata de un libro que es una apología sobre las virtudes que adornan a este dios de piedra, entre ellas la de ser un héroe romántico forzado a cometer el mal, por nostalgia de un bien imposible (Albert Camus). El autor es anónimo y posiblemente pagado con la salida al exilio.

4 de marzo de 2009

MARTÍN PÉREZ IRUSTA / LO VISUAL


Decía Rudolf Arnheim que el lenguaje y las imágenes son modelos equivalentes en la actividad que llamamos pensamiento, lo cual sugiere que las personas pensamos "visualmente".


Por lo tanto, cuando contemplamos esta obra del joven artista argentino Martín Pérez Irusta es el momento en que la reflexión, a partir de nuestro propio bagaje cultural, toma parte activa en desentrañarla, si bien considero que se produce pasado el instante inicial en que fugazmente se da la aceptación o el rechazo. O un simple ensimismamiento dubitativo.


Es cierto que los cuadros incorporan elementos de significación muy saturados, densos y complejos, que exigen ese esfuerzo de cavilación visual, pero también es obvio que ese potencial de posibilidades no son estrictamente necesarias para su comprensión nuclear. Ni siquiera lo pretenden.


En este caso concreto, esta obra tiene unas connotaciones plásticas que dejan abierto el planteamiento sobre su culminación, lo cual la hace más fértil en los confines de nuestra introspección, sin que ello constituya un juicio de valor sobre la misma, que en última instancia depende de la singularidad de cada espectador.


Gracias a los duendes insomnes caribeños, el malecón ha tomado un giro inesperado. Recibe sembrado de flores a sus habitantes de la noche, les permite promesas eternas, gritos de libertad y les bautiza con el ron negro que oculta en su cripta. Pero calla la proximidad del amanecer sombrío que les espera.

UMBRALES INCIERTOS